domingo, 9 de diciembre de 2012

“ATEÍSMO EN EL SIGLO XXI”

Por: MANUEL RAMOS

Cabe preguntarse el por qué de la enorme proliferación del ateísmo en la sociedad occidental de este siglo XXI. Esta pérdida que nos ha llevado el abandono de las normas básicas sobre la ética y la moral, y que nos ha conducido sin remisión hacia el nihilismo donde todo vale y no existen consecuencias para nuestros actos.

Las dos razones principales desde mi  punto de vista, son claras y diferenciadas, pero no menos importantes tanto histórica como culturalmente.

La primera, de carácter histórico debido al tiempo transcurrido, se debe a la religión católica, cuya “representante de Dios en la tierra” es el Papa de Roma y que ha trazado con sus bulas, concilios y actos, el destino de millones de creyentes a lo largo de los siglos.

En un principio, tras la crucifixión y posterior resurrección de Jesús, se marca la verdadera diferencia con las demás religiones, que no hacen más que marcar pautas o principios de conducta para llegar a un cielo prometido (llámese Walhalla para los Vikingos; Nirvana para los budistas; Yanna para los musulmanes…)

Sin embargo, el cristianismo a través de sus enseñanzas y complementados con los conocimientos adquiridos a través de la Alquinatura, nos permite un camino espiritual para equilibrar cuerpo, mente y espíritu, conociendo los principios del Tao que rigen el universo y acercándonos a una  evolución del individuo respetando las leyes naturales.

Los comienzos del cristianismo, donde las comunas o comunidades eran la forma de transmitir los conocimientos, vivir en equidad y  en paz con Dios, eran la forma ideal de transmitir primero, el mensaje de Jesús y más tarde, de organizar una sociedad donde la importancia del dinero, los egos, el sexo sin control o la guerra, hubiesen sido erradicados de raíz. Pero el hombre, que en su desequilibriose ha vuelto malo por naturaleza, tal vez ayudado o conducido por “algunas fuerzas oscuras”, nos llevaron a romper con la justicia espiritual y poner el hombre por encima de Dios. El hombre sin sentido…


Uno de los puntos más álgidos de esta involución fue cuando el emperador romano Constantino, asumió el cristianismo como religión oficial. La corrupción y la idolatría desvirtuaron el mensaje de Dios convirtiendo el cristianismo en catolicismo. A partir de aquí, todo valía para los intereses de los poderosos príncipes de la iglesia.




La Biblia en latín para que su mensaje no llegara al pueblo; obispos con palacios y amantes; cardenales con ejércitos que hacían la guerra en Europa para consolidar estados o reinos donde gobernar; las Cruzadas, el choque armado político-religioso más importante de la historia y que tuvo como origen no la conquista de Jerusalén y Tierra Santa, sino la pérdida por parte de los europeos de las rutas comerciales controladas por los musulmanes y que supuso dos siglos de contiendas y miles de muertes, violaciones y pobreza…

Más tarde, la iglesia católica fundó los tribunales de la Santa Inquisición, allá por el año 1184 en Langedoc, donde el papa Lucio III promulgó una bula para luchar contra los Cátaros y eliminar de raíz cualquier tipo de herejía. Se instauró así un poder oscuro y tenebroso donde auténticos sádicos y asesinos en nombre del altísimo, cometieron toda clase de fechorías y crímenes. Judíos, musulmanes, científicos, filósofos, librepensadores o cualquiera que obrase o pensase de forma diferente, podría ser torturado y ajusticiado. Sin contar las venganzas entre comerciantes, vecinos o adversarios que bajo el auspicio de la denuncia secreta, eliminaban a la competencia.

En España, la inquisición estuvo presente hasta el año 1821 y las cifras que se barajan en Europa sobre sus víctimas son escalofriantes:
        -31914 quemados vivos.
        -17659 quemados en efigie.                
        -291450 penitentes.
El total de víctimas de una manera u otra por parte del santo Oficio llegó a ser de 341021, si bien no se ha tenido acceso completo a todos los procesos inquisitoriales y podrían haber sido muchos más. En el año 2004, el papa Juan Pablo II en su infinita bondad, “pidió perdón por la dolorosa experiencia de la Inquisición…”

Otro hecho diametralmente opuesto a todos los principios de la Biblia que la iglesia ha incumplido para poder perpetuarse y convertirse en una Multinacional ha sido, que siempre ha estado del lado de los dictadores y tiranos que oprimían al pueblo, simbolizando un símil entre tirano e iglesia. Es imposible sentirse oprimido y seguir creyendo en la élite católica que gozaba de privilegios y pingues beneficios económicos mientras que los ciudadanos vivían en la pobreza o bajo la amenaza de las armas.


Sólo en el siglo XX, tenemos los casos de Videla en Argentina; Pinochet en Chile; Trujillo en República Dominicana… Hitler, Mussolini o Franco, que no son más que muestras de asesinos implacables apoyados con la mitra papal y cardenalicia.


El pastor que debería haber guiado a las ovejas se convirtió con el paso de los siglos, en un lobo sediento de poder y de sangre.

Como defensa de la iglesia católica tan sólo puedo decir que con el esfuerzo de misioneros y curas, llevaron la Biblia y su mensaje a todos los confines de la tierra (tal y como estaba escrito en las Sagradas Escrituras). Asimismo, han existido grandes personas en su seno, como el Padre Diamantino, San Agustín y otros tantos que nos han transmitido su legado.

El otro gran poder que ha influenciado sobremanera a la sociedad para circuncidar espiritualmente a los hombres, ha sido la televisión y los medios de comunicación.

Hablar de Dios hoy en día significa que te etiqueten de sectario o fundamentalista como poco y todo ello gracias al torrente de programas, debates, películas e informaciones sobre sectas que ha emitido la televisión.

Es curioso que se pueda hablar libremente de las imágenes de la Semana Santa, retransmitidas cada año por televisión; de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, la Virgen de la Cabeza, Lourdes, Fátima o el Rocío sin que nadie sospeche de tu peligrosidad. Sin embargo, mencionar la Biblia o algún versículo, y erestachado de Testigo de Jehová o de secta satánica. Y si va unido al vegetarianismo o la Medicina Natural, la condena es total, auspiciada por los maratones matutinos donde los médicos hacen milagros en directo para un público necesitado de cualquier pseudofilosofía que le convenga y que no suponga ni sacrificios, ni compromisos, ni cambios en sus actos.


La televisión manipula y dirige a las personas y es una auténtica bestia de este sistema cruel y dictatorial que incluso perdido, intentará perpetuarse destruyéndonos a todos. El capitalismo, la nueva religión de este mundo y cuyos valores son el dinero, la inconsciencia y el “todovale”, acabarán arruinando el planeta y sus pobladores mediante una guerra nuclear o la contaminación total sin que hayamarcha atrás. No importa que todos muramos y que nuestros descendientes estén condenados con los virus fabricados por laboratorios farmacéuticos, la carne animal o los alimentos trasgénicos, lo importante es el mercado libre y acumular más dinero, aunque sea para disfrutarlo en la tumba…


La reflexión final que debemos hacer es simple: si el catolicismo y los medios de comunicación han acabado con Dios, debemos dar por hecho que no existe. Y si Dios no existe, ¿quién se beneficia de ello? La respuesta es fácil: aquel que controla este mundo: el demonio…

MANUEL RAMOS


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