lunes, 3 de diciembre de 2012

La Alimentación Humana desde sus Orígenes

Por: LA FUENTE DEL YINN


"He aquí que os he dado toda la planta que pueda dar semilla, que está sobre la tierra y todo árbol en que hay fruto y que da semilla, os serán para comer".

Génesis 1: 29-30

Porque quien coma muerte, la obtendrá para sí y aquel que vaya en contra de las leyes naturales tendrá su castigo antes o después de manera equitativa a la acción cometida.

La opción vegetariana es el régimen alimentario más natural para la especie humana, es el que va más en consonancia con su organismo, sus aptitudes y capacidades. Pero  el hombre, en su degeneración ha elegido alimentarse a costa de la vida de otros seres, llamados por él mismo inferiores.

Pocas son las personas capaces de asesinar a un animal por ella misma, descuartizarlo y comerlo, esa responsabilidad se la dejan a otro, “La carne que les gusta es la que ya viene en filetes y envasada” sin tener en cuenta el grito desgarrador de la barbarie llevada a cabo en los mataderos.




Fisiológicamente, nada tiene que ver el ser humano con los animales carnívoros, sus manos no poseen garras ni uñas afiladas, sus dientes no son comparables con los colmillos fuertes y largos que necesita un animal para cazar, su mandíbula posee movimientos laterales, sus glándulas salivares tienen una menor excitabilidad, puesto que la masticación se hace de manera reiterada.


En el hombre, los jugos gástricos son aptos especialmente para transformar y digerir hidratos de carbono que sobretodo contienen los cereales y las frutas y su tubo digestivo es mucho más largo.


El hombre primitivo en sus inicios, se alimentaba de frutas y raíces, únicos alimentos que le brindaba la naturaleza y que él podía lograr sin esfuerzos, sin armas y sin lucha. Cuando el ser humano  empezó a conocer y usar armas rudimentarias para defenderse y cazar, ya llevaba muchos siglos de evolución alimentándose de manera vegetariana.

La historia dice que la gran mayoría de la población del mundo desde la antigüedad  egipcia, Greco romana, pasando por la Edad Media, el Renacimiento y los siglos más recientes, se ha alimentado principalmente con una dieta predominantemente vegetariana.

Personajes destacables a lo largo de toda la historia han dado su opinión sobre la forma de alimentarse del hombre, pongamos algunos ejemplos:

  • Ovidio: “EL primer milenio fue la edad de oro, en la que ni las trompetas de labios de bronce sonaban, ni espadas restañaban. La primavera era eterna y las brisas suaves acariciaban las flores con un aire claro y cálido. Los campos eran siempre fértiles… corrían chorros de néctar. La sangre no manchaba los labios de los hombres…hasta que un cerebro vano envidió la dieta de los leones y engulló un banquete de carne para llenar su  insaciable barriga".
  • Leonardo Da Vinci: “Vendrá un tiempo en que nuestra especie, apretada por el torno de los acontecimientos, juzgará la matanza de cualquier animal en la medida de la supresión de un hombre”.
  • Gandhi: “Todo lo que vive es tu prójimo”.
  • León Tolstoi: “El consumo de alimentos de origen animal es sencillamente inmoral, porque exige un acto que violenta nuestros sentimientos morales”.
  • Albert Schweitzer (Filántropo): “Verdaderamente moral es sólo aquello que socorre a toda vida a la que pueda ayudar y se abstiene de perjudicar a cualquier criatura que tenga vida. La vida en sí misma es sagrada. Yo me doy cuenta de que la costumbre de comer carne no está acorde con los sentimientos más elevados".

Y ahora, pongamos algunos ejemplos de personajes históricos que optaron por esta forma de alimentación:

  • Albert Einstein: Físico teórico alemán. Premio nobel 1921 de física.
  • Isaac Newton: Físico británico, matemático, astrónomo, alquimista, inventor y filósofo natural. Padre de la física.
  • Benjamín Franklin: Autor, periodista, científico, inventor y hombre de estado.
  • Leonardo Da Vinci: Renacentista italiano polifacético, arquitecto, anatomista, inventor, escultor, ingeniero, geómetra, músico y pintor.
  • Diógenes: Filósofo griego y cosmólogo.
  • Platón: Filósofo griego.
  • Pitágoras: Matemático griego.
  • Sócrates: Filósofo griego.
  • Ovidio: Poeta y escritor romano.
  • Leo Tolstoy: Novelista ruso, pacifista y pensador moral.
  • Voltaire: Escritor de la ilustración y filósofo francés.
  • Confucio: Filósofo chino.
  • Lao Tse: Filósofo chino.
  • Zoroastro De Persia o  Zaratustra: Místico primitivo, en su juventud se sentía consternado ante los sacrificios llevados a cabo por los sacerdotes y encontraba incongruente que la muerte de animales pudiera ser considerada de alguna manera un acto de culto digno de los dioses.



Numerosos escritos dan testimonio de que el cristianismo en sus orígenes había optado por la alimentación vegetariana, aún a costa de ser castigados por ellos.

En numerosos pasajes, la Biblia habla sobre la responsabilidad individual de mantener el cuerpo en un estado saludable como: “¿acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, es santo.
                                                                                                                                                                Corintios 3: 16-17

Esto significa que se debe tratar el cuerpo de forma que no le causemos daño alguno e ingerir sólo aquello que pueda mantenerlo saludable.

Eleazar, unos de los primeros doctores, varón de avanzada edad, encontró la muerte a causa de los latigazos propinados como castigo por respetar las leyes establecidas por Dios y negarse a comer carne de puerco.
                                                           Macabeos 6: 18-31

Daniel, el llamado profeta del Apocalipsis, cuando fue llevado a servir al palacio del  rey Nabucodonosor y para ser instruido en las letras y la lengua de los caldeos, pidió al jefe de los eunucos que no lo contaminase con la porción de la comida del rey ni con el vino que él bebía; rogó que probaran a darle de comer legumbres y agua de beber y que después de un tiempo comparara su rostro con la de otros mozos. Al cabo de este tiempo, comprobó que tenía mejor aspecto que los mozos que habían estado comiendo de los manjares del rey.



En la Edad Media, cuando el cristianismo junto con la iglesia en general se había convertido en una mera institución estatal, se arremetió cruelmente contra los cristianos que habían conservado el origen vegetariano de sus creencias. El castigo por ser vegetariano y pacifista en la época de Constantino I era morir ahogado con la garganta llena de plomo fundido.



En el año 561, en el primer Sínodo de Braga, Portugal, se decidió que el sacerdote que no comiese carne, fuera inmediatamente destituido de su cargo.

El papa Juan III pronunció el siguiente anatema contra los vegetarianos: “Cuando  alguien considera impuros los alimentos que Dios dio al hombre para su deleite y renuncie a ellos, que sea condenado”.

En la actualidad, el papa Benedicto XVI, considera indicio de herejía el vegetarianismo y la protección animal, mientras hace la vista gorda a actos cometidos por sus siervos y que atentan contra la dignidad humana.

A veces, los seres humanos consiguen con ciertos argumentos engañarse a sí mismos contra la evidencia y la propia lógica. Esto es la demostración de cómo al hombre le falta la objetividad cuando le resulta cómodo aceptar tesis que halagan su vanidad o tranquilizan sus temores.

Evidencias como que los Hunzas, una tribu del norte de la India y Pakistán y la tribu Otomi, que son nativos de México y cuyas dietas están basadas en granos enteros y vegetales, tienen un promedio de vida de 110 años o más. En palabras textuales de un doctor que trabajó con dichas tribus leemos: “Nunca vi un caso de apendicitis, colitis o cáncer”.

Otros pobladores de las montañas de Ecuador, vegetarianos puros, alcanzan en su mayoría la edad de 100 años.

Los costes que para la salud pública conlleva la alimentación carnívora son enormes. Las llamadas “enfermedades de la civilización” (obesidad, estreñimiento, diabetes, cáncer de colón…) se sitúan en la cresta de la ola. Los médicos recomiendan medicinas antes que cambiar de hábitos alimenticios. La medicina trata los síntomas de las enfermedades pero no sus causas ni las previene, sin contar con que dichos síntomas son tratados de manera agresiva para el organismo.

El mundo está siendo espectador en este siglo de una gran crisis a todos los niveles incluido el medioambiental. Espectador porque aún viendo como la tierra está muriendo poco a poco la mayoría de la gente es incapaz de hacer nada, “el que venga atrás que arree”, “¿qué puedo hacer yo?", "eso lo tendrán que arreglar los que mandan…”.

Mientras pensamos esto, el estiércol derivado de la ganadería acaba en ríos y mares, así como los pesticidas y fertilizantes que se utilizan para el cultivo del pienso para los animales. La inmensa mayoría de los bosques están siendo o han sido destruidos con el fin de usar el terreno para el ganado. Miles de toneladas de cereales son utilizados para alimento de los animales que unos pocos comerán mientras cientos de personas mueren de hambre diariamente.

Un hombre íntegro debe ser consciente de que para nutrirse no es preciso sacrificar a otros seres vivos ni someter a sus iguales a pasar hambre y menos cuando la naturaleza le brinda los alimentos necesarios sin necesidad de asesinatos ni violencias innecesarias.

“Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias, pues su brutalidad sobrepasa a la de aquellas. Vivimos por la muerte de otros ¡Todos somos cementerios!”
(Leonardo Da Vinci)

La Fuente del Yinn



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