miércoles, 12 de diciembre de 2012

LA ESPERANZA EN LA MENTIRA


Por: M.A.M.

¿De dónde parte la maliciosa idea de que antiguamente la esperanza de vida era tan irrisoria?

¿Quién deforma la historia y está detrás de la manipulación mental, y hace que el mundo crea lo que nos imponen unos pocos, entre ellos los medios de difusión y la ciencia?
Doctor con lupa

Infinitas horas de trabajo, ¿sus sustentos?
con hortalizas, frutas, legumbres y cereales
se alimentaban nuestros ancianos y sanos abuelos.  
¡Basta ya de manipulaciones mentales!
¡Basta ya de intoxicaciones con medicamentos!
Procura ser vivo, que la ciencia no te engañe
con las leyendas y con los cuentos.          




Abuela
Recuerdo con cariño la primera etapa de mi vida: la niñez. Lo feliz que era con los juegos, las innumerables carreras, los incansables saltos, la ternura de la inocencia, etc, pero lo que más alegría me daba era ver las sonrisas de mis abuelos al verme. Aunque hiciera miles de travesuras, nunca se enfadaban conmigo, ni volveré a recibir de otras personas tantos mimos. Ellos sufrieron guerras, pasaron hambre, penurias, vejaciones, etc, y aún así, trasmitieron su ilusión a hijos, nietos, biznietos y tataranietos. Cuántas veces nos han ayudado aportando su granito de esfuerzo en las múltiples obras que hicimos en nuestras casas, cuántas veces se encargaron de cuidar a sus nietos cuando sus hijos se encontraban trabajando ¿Quién no recuerda esas calles y esas vías de tercera, repletas de abuelos montados en bicicleta? ¿y a esas abuelas tejiendo en las puertas de sus casas, las bufandas y los chalecos?

Bellas estampas eran aquellas, donde en las cortas tardes de otoño se veían las hojas de los árboles esparcidas por el suelo, el albero mojado de esas inusitadas calles que conducían a esas hermosas plazas, donde de mis propias manos comían las palomas. A lo lejos se observaba a otros niños arrojando trozos de pan a los alegres patos del estanque. Miles de niños y abuelos disfrutando de ese hermoso día, montábamos en los columpios, mientras ellos nos vigilaban; con sus chaquetas de trapo, sus camisas de algodón, sus pantalones de pana, sus pañuelos en los bolsillos, pero lo que mejor recuerdo es que ninguno de esos abuelos iba cargado con bolsas de medicamentos.

Desde tiempos inmemoriales, incluso anteriores a la creación del hombre, la naturaleza imponía sus reglas de convivencia y de equilibrio. Siempre sobrevivieron los fuertes y murieron los débiles, en esto se basaba la evolución natural de las especies. La ciencia actual se ha dirimido como transgresor del orden correcto, intenta alargar la vida de las especies, no porque le interese la salud de los individuos, sino porque al aumentar el número personas que estén enfermas, más rentable será su negocio. No se puede llegar a comprender cómo  la humanidad pretende conservar la vida de cualquier modo.

A vueltas por la vida.
Gira sobre sí mismo, se contempla y  no llora.
A veces abajo, a veces arriba.
Cortinas de humo, de negro humo y de sombras.
¿Quién distingue la verdad de la mentira?
Se manipulan los genes.
Se manipula la historia.
La maldad por el mundo se prodiga.
Los burros circulan alrededor de la noria.
Un amo que de vez en cuando su crin acaricia,
se sienten felices cuando lo montan.
¡Cambiaste tu felicidad! ¡qué maravilla!
por un trozo de zanahoria.

Postradas en solemnes camas
en manos de sus cuidadoras.
A veces se mean, a veces se cagan.
Polvos de talco, pieles enrojecidas, pañales que rozan.
Miles de arrugas anuncian sus caras.
Miradas perdidas, babas caídas, ausente su memoria.
¿Quién eres? ¿cómo te llamas?
 ¡Anda, tómate la pastilla, ya te toca!
Como un mueble más, viejo y sin brillo de la casa,
consumido por la insaciable carcoma.
¡Cambiaste tu felicidad!, ¡qué maravilla!,
por un trozo de zanahoria.

¿De dónde parte la maliciosa idea de que antiguamente la esperanza de vida era tan irrisoria? No solo es mentira, sino que además, revisando documentos antiguos, vemos las edades que llegaron a alcanzar diferentes personajes históricos de siglos pasados. Pongo por ejemplo este archivo:

HOMBRES Y MUJERES LONGEVAS
Nacor (patriaca hebreo)
2155-2008 a.C.
(147 años)
María (hermana de Moisés)
1579-1452 a.C.
(127 años)
Adad-guppi (mujer noble de Babilonia)
649-547 a.C.
(102 años)
Gorgias (filósofo sofista)
483-378 a.C.
(105 años)
Hipócrates (“padre” de la medicina)
460-365 a.C.
(95 años)
Cleantes (filósofo estoico)
331-231 a.C.
(100 años)
Kai Wa (emperador japonés)
213-98 a.C.
(115 años)
San Pablo de Tebas (ermitaño)
229-341
(112 años)
San Macario (obispo)
300-390
(90 años)
Acacio (obispo de Perea –Siria–)
322-432
(110 años)
Shenute (monje cristiano en Egipto)
360-465
(105 años)
San Millán (ermitaño)
473-574
(101 años)
Albumazar (astrónomo árabe)
776-885
(109 años)
Manegold de Lautenbach (filósofo alsaciano)
1000-1103
(103 años)
Simon Stock, San (religioso inglés)
1165-1265
(100 años)
Saadi (poeta persa)
1195-1296
(101 años)
García de Santa María, Alvar (escritor)
1349-1460
(101 años)
Columbela –Diveke– (noble de Dinamarca)
1417-1517
(100 años)
Anchieta, Miguel (escultor)
1450-1588
(138 años)
Silva, Feliciano de (escritor español)
1451-1554
(103 años)
Zamberti, Bartolomé (escritor italiano)
1460-1560
(100 años)
Malinche (compañera de Hernán Cortés)
1498-1597
(99 años)
Agulló, Francisco (pintor)
1538-1648
(110 años)
Chifflet, Juan Jacobo (médico francés)
1558-1660
(102 años)
Legrand, Pedro (pirata francés)
1632-1770
(138 años)
Zapata, Diego Mateo (médico español)
1644-1745
(101 años)
Shaw, Meter (médico inglés)
1695-1802
(107 años)
Martín, Manuel José (impresor)
1700-1800
(100 años)
Sakai Hoitsu (poeta japonés)
1721-1829
(127 años)
Gómez, Ildefonso (militar)
1731-1849
(118 años)
Maturana y Vázques, Vicente (escritor)
1739-1859
(120 años)
Bere, Osvaldo (médico alemán)
1742-1867
(125 años)
González Peña, Carlos (periodista mejicano)
1855-1955
(100 años)
Chiesa, Francesco (escritor suizo)
1871-1973
(102 años)
Bayar, Celal (político turco)
1884-1986
(102 años)
Abbott, George (director teatral de EEUU)
1887-1995
(108 años)
Baline, Israel (compositor EEUU)
1888-1989
(101 años)
Mayr Ernst (evolucionista)
1904-2005
(101 años)




Vivimos en un mundo de cuentos y de leyendas

El hombre disfraza, deforma y manipula todas las filosofías e ideologías en pro de su propio interés. El ser humano es un ser  “agnóstico” que ha optado por vivir y creer en las simples esferas mitológicas, esferas desde donde surgen las leyendas:

- Muchos se ponen un corcho en el cuello para aliviar su dolor de muelas.
- Hay quien cubre de perejil a su San Pancracio para que le procure trabajo.
- Muchos celebran el día de Halloween (siendo este un ritual satánico, donde los precursores de esta fiesta adoptaban la forma de espíritus malignos… “si no puedes con tu enemigo, únete a él”).
Superstición
- Muchos piensan que donando parte o todas sus riquezas (acumuladas después de haber vivido una usurera vida y ejerciendo su influyente impacto económico sobre el sustento de los demás) a la iglesia o a las ONGs, ya se han ganado su pedacito de cielo.

- Muchos sacan a las vírgenes y a los santos todos los años, para que les proporcionen buena vida, abundantes lluvias, excelentes cosechas, les libren de la enfermedades, etc (al menos ahora se contentan con eso, antiguamente se sacrificaban animales e incluso a seres humanos para conseguir ese ansiado fin).
- Todos los vegetarianos tienen carencia de B12.
- Antiguamente la esperanza de vida era de 30 o 40 años.

¿Quién deforma la historia y está detrás de la manipulación mental, y hace que el mundo crea lo que nos imponen unos pocos, entre ellos los medios de difusión y la ciencia?  ¿por qué la mente humana es tan dúctil y fácil de persuadir con tan viles mentiras? ¿qué poderes oscuros, casi imperceptibles, se encargan de hacernos venerar tales hechos?. Me parece intuir que los datos que albergan las memorias de los ciudadanos son formateados cada dos semanas, y lo que sus propios ojos observaron, ya no es fiable.
Burro y Hombre

Un mundo de estadísticas

Vivimos en un mundo donde toda la información que se nos presenta está basada en censos, varemos y estadísticas. Bien pues, cabe recordar que el primer censo fiable de la población de todo el territorio español data del año 1857 (Fuente: http://recuerdosdepandora.com/historia/el-primer-censo-espanol-la-poblacion-de-espana-en-1857/) y que en el periodo comprendido entre los años 1937–1945 se creó la primera computadora digital electrónica (Fuente: http://paginaspersonales.deusto.es/airibar/Ed_digital/INF/Intro/Historia.html). 

Dado la escasa antigüedad de los datos que yo expongo, ¿cómo se puede afirmar que antiguamente las personas duraban tan pocos años? ¿en qué censos y estadísticas se basan para afirmar tal cosa? Como expondré después (en el artículo que le dedico a la Esperanza de vida y aumento de la población), ni siquiera se sabe la cantidad exacta de personas que murieron en la I y en la II Guerra Mundial, hechos recientes del siglo pasado.

La ciencia se jacta de pronunciar, con gran mención, de que su fe se cimienta en su particular filosofía doctrinal: No creer en todo aquello que no se puede ver o tocar. Pero, sí puede alienarnos para que aceptemos toda la información que a ellos les interese, solamente basta con desplegar sus redes y poner en marcha toda esa maquinaria que encantada se pone a su disposición, sus lacayos informadores: medios de información, políticos, sanitarios, etc.  Con mentiras se contentan las manadas, como comenté al principio, a la mayoría de los individuos les satisface alimentar las leyendas.
Estadística


Esperanza de vida y aumento de la población

La ciencia nos hace creer y se atribuye el hecho de que la esperanza de vida haya aumentado. Ellos piensan que este aumento se debe a la globalización del consumo de medicamentos, a la vacunación masiva de grandes núcleos de población, a la expansión de la red médica y al aumento en la calidad de asistencia al ciudadano.  Pero, ¿por qué en los países subdesarrollados esta esperanza de vida no ha ascendido? ¿por qué ha descendido en cuatro años desde 1990 hasta hoy? Un informe del Banco Mundial presentado en Ciudad del Cabo: 
la esperanza de vida en el África subsahariana fue en 2005 de 45,9 años, cuando a principios de los noventa llegó a 50.
¿Es debido esto último a que se ha dejado de suministrar vacunas y medicamentos a estos pobrecitos? ¿no será que dicho aumento en los países desarrollados está más relacionado con una serie de circunstancias que generaron este hecho?:

- Gran incremento de las condiciones de higiene (potabilidad del agua, sistemas modernos de alcantarillado, recogida de basura con destino a los vertederos, etc).
- Regulación de las horas y comodidades (gracias al avance de la ingeniería que nos proveyó de máquinas que racionalizan nuestro esfuerzo) en el trabajo.
- Al acondicionamiento de nuestros hogares, que nos protegen de las condiciones climáticas más adversas.
- Miles de aparatos que nos facilitan y hacen más fácil nuestras vidas.
Niños hambrientos

Otro dato relevante es la tendencia al alza de la población mundial, esto se debe, en parte, a la ausencia de grandes guerras, no debemos olvidar que la historia de Europa siempre ha estado marcada por estos hechos bélicos. En las dos últimas guerras importantes que se han vivido (I y II Guerra Mundial), el número total de fallecidos ascendió a cerca de 100 millones de personas, entre 10 y 31 millones en la I, entre 60 a 73 millones en la II.
(Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Guerras_por_n%C3%BAmero_de_muertos), todos esto sin contar el número de desplazados, mutilados, enfermos, etc.

“Gracias” al gran respeto que se han tenido (bloque soviético – bloque occidental: OTAN) y “gracias” al que se procesan hoy día  (bloque occidental: OTAN – bloque oriental: China, Rusia, Corea del Norte e Irán), podemos seguir presumiendo de que la cifra de seres humanos siga subiendo.

Nuestros pueblos centenarios

Existen pueblos en el mundo cuyas esperanzas de vidas superan, con gran amplitud, a las de otros “afamados” países desarrollados (Macao: 84.36 años, Andorra: 83.51 años, Japón: 82.12 años, Italia: 82 años, Singapur: 81,98 años,  San Marino: 81.97 años,  Honk Kong: 81.86 años, España: 81:71 años, Canadá: 81.23 años). A continuación, expongo como ejemplo algunos pueblos y sus costumbres (donde se observa la similitud en los hábitos de vida, en cuanto a dieta, a la ausencia de estrés y al inexistente consumo de medicamentos, etc).

Los habitantes de Hunza (situado en el extremo nordeste de Pakistán):

El doctor Alexander Leaf, jefe de los servicios médicos del Hospital General de Massachussets y profesor de la Facultad de Medicina de la universidad de Harvard, da cuenta con toda fiabilidad de su encuentro con un hombre de 106 años que seguía trabajando como pastor de cabras durante los meses de verano, mientras que el hunzukut más Viejo era venerado por sus 110 años de vida. El doctor Leal afirma también: “más que la edad es su perfecto estado de salud lo que me ha impresionado” y anota además, que en aquella época en Hunza no existían registros escritos de nacimientos o defunciones. La carne se come muy pocas veces al año y se considera un lujo. Las cabras, las ovejas y los yaks proporcionan la leche y la mantequilla que se consumen en cantidades muy moderadas; en general, la dieta de los hunzukuts es mínima (pocas grasas animales, poco colesterol y pocas calorías), muchos científicos consideran este factor primordial en la consecución de la longevidad y la salud.

Los Adventistas del Séptimo día:

Entre 1976 y 1988, los institutos nacionales para la Salud de Estados Unidos patrocinaron un estudio de 34 mil adventistas de California, para ver si su estilo de vida, orientado hacia la salud, incidía en sus expectativas de vida y en los riesgos de enfermedades del corazón y de cáncer. El estudio encontró que el hábito de los adventistas de comer habichuelas, leche de soya, tomates y otros frutos disminuía su riesgo de contraer ciertos tipos de cáncer. También sugería que consumir pan de trigo entero, tomar cinco vasos de agua al día, y, lo más sorprendente, el consumo de cuatro porciones de nueces por semana, reducía el riesgo de contraer enfermedades del corazón. El estudio llegó a una asombrosa conclusión, afirma Gary Fraser de la Universidad de Loma Linda: el adventista vegetariano promedio vive entre cuatro y 10 años más que otro californiano.
Ancianos jugando al futbol

Ogimi se encuentra al norte de Okinawa (Japón):

Es la prefectura más austral de Japón, integrada por 160 islas de las que 44 están habitadas por 1,3 millones de personas. La zona da a las aguas del Pacífico, que en esa parte recibe el nombre de mar de China Oriental; la selva subtropical cubre tres cuartas partes del pueblo, por el que corren ríos y arroyos, origen de un medio ambiente rico en biodiversidad. A los pies de esas frondosas colinas se extienden los numerosos huertos que cuidan sus venerables propietarios.
Viejos futboleros

En la comida, estos ancianos evitan casi totalmente los productos animales y dan preferencia a las frutas, como la papaya y a hortalizas como zanahorias, repollo, cebollas, pimientos verdes y lechuga, más una mezcla de algas y de hierbas como la albahaca. Su alimentación incluye, asimismo, pasta, arroz, maíz y pescado (salmón y atún, ricos en ácidos grasos omega 3, son los favoritos; los suelen comer hasta tres veces al día), mientras que de carne roja y huevos solamente toman unas pocas porciones a la semana.

La aldea de Tiana (Norte de Cerdeña):

Este pueblo tiene 800 habitantes, más de la mitad son ancianos. Media docena de ellos han superado los 100 años, así se explica la desidia del médico local, el descalabro económico de la farmacia, la ociosidad de la funeraria, la desgana del enterrador, el ajetreo de los pensionistas virtuales y el oportunismo del restaurante erigido en el corazón de la aldea: La longevidad

La receta que les ofrecen a los visitantes es la misma que ofrecen a los vecinos de Campo di Mele. O sea, poca carne, verduras, legumbres, aceite de oliva, un poco de vino, maíz. No es fácil explicar el milagro de la longevidad pero aquí, en este pueblo, jamás hemos utilizado el veneno que se come en las ciudades. Todo es natural.  

Recuerdo una antigua leyenda india, de un ya cansado y anciano Sioux. Él reunía a todos los moradores de su poblado y con voz dulce y serena, les decía:

Dentro de mí siento cómo los últimos halos de vida se apagan.
El sol ya se esconde, la luna por el horizonte asoma.
Percibo como la madre naturaleza mi cuerpo reclama.
Me despido de todos ustedes, para adentrarme en el bosque… llegó la hora.


Indio


M.A.M.

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