domingo, 16 de diciembre de 2012

VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

Por: EL GUARDIÁN DEL HADES

  • PADRE, la Biblia dice: “El hombre nacido de mujer, corto de días y hastiado de sinsabores, sale como una flor y es cortado y huye como la sombra y no permanece…” (Job 14: 1-2), pero, dígame, si el hombre muriese, ¿volvería a vivir?
  • Ciertamente hijo, esa es una cuestión que ha preocupado al hombre desde siempre, y te diré que puedo responderte. Escucha atentamente, porque depende de él mismo, de su obra y de su proceder en la vida, lo que le ocurra el día en que muera, que vaya a un sitio o a otro.
Se piensa, erróneamente, que todo aquel que es “bueno”, o se arrepiente en su agonía, va al cielo, pero no es así.
  • Entonces dígame PADRE, ¿qué es el cielo y quién puede ir allí?
  • Pues verás, el Cielo es el planeta de Dios, un lugar con un nivel de evolución,  el cual nosotros en la Tierra, no podemos llegar ni a imaginar. Entonces, aquel que durante su vida es justo y vive en sintonía con las leyes naturales, cuando muere es clonado allí, pero no clonadas solamente las células del cuerpo, sino que, es clonado en cuerpo, mente y alma (ya que solo así puede darse la vida), volvería a vivir siendo la misma persona, con sus recuerdos de su vida en la tierra y alcanzaría la vida eterna.


  • Otra cosa que puede suceder, es que Dios te suba directamente al cielo, ejemplos claros de ello, son el caso de Enoc (Ge 5: 24), el de Jesucristo o el del profeta Elías.

  • Y ¿Qué ocurrió con ellos?




“Y aconteció que yendo ellos y hablando (Elías y Eliseo), he aquí un carro de fuego con caballos de fuego, apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino” (II Reyes 2:11).





  • Entonces ¿Elías no murió?
  • No, Elías fue transportado directamente al cielo, estando vivo.
  • Lo tercero que puede suceder es la reencarnación; de ello habla de nuevo la Biblia cuando dice Jesús a sus discípulos, respondiendo a la pregunta de si primero no tendría que venir Elías:

“Mas os digo que Elías ya vino, y no lo conocieron, sino que hicieron con el todo lo que quisieron, así también el hijo del hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”. (Mt 17:12-13).

  • También hijo, la reencarnación está reservada para los sellados, los 144000 sellados que habla el Apocalipsis, 12000 de cada una de las tribus de Israel serán reencarnados cuando llegue el tiempo del fin.

  • Y dígame PADRE, ¿dónde irán todos aquellos que no hayan sido ni buenos ni justos?, ¿qué será de ellos?
  • Pues puede ocurrirles, que mueran y queden muertos a perpetuidad.


“…pues polvo eres y al polvo volverás” (Ge 3: 19).

“…pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria está puesta en el olvido, también su amor y su odio y su envidia fenecieron ya y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo en sol” (Ecl 9: 5-6).

Esto es para los que vivan bajo las leyes que imperan en la Tierra y no a las de Dios, es donde ira la mayor parte de la gente, pero que tampoco hayan causado mal, o hayan pagado sus pecados.

“Comerán y adoraran a todos los poderosos de la Tierra, se postraran delante de él todos los que descienden del polvo, aun el que no puede conservar la vida de su propia alma” (Salmos 22:24).

  • Y ¿qué es esto PADRE, de lo que tanto se habla, el Hades, el Limbo o el Seol?

Pues te diré que es un archivo energético de las almas de las personas que mueren y que Dios guarda para cuando llegue el momento de resucitarlas, clonándole un nuevo cuerpo físico, son gente que han sido justas y han vivido acorde  con las leyes de la Naturaleza pero no tanto como para ir al Cielo.

  • Entonces existe el infierno ¿verdad?

Si hijo, esta es la ultima forma posible de vida después de la muerte, y está reservada para personas que han sido malas, injustas y han transgredido las leyes naturales. El infierno al igual que el cielo, no es solo un estadío de existencia es un lugar literal y muy real, es otro planeta donde van los que han de pagar lo que han hecho en la Tierra, son clonados allí en cuerpo mente y alma, con sus recuerdos, para sufrir tormentos emocionales, mentales y físicos, sufriendo conscientemente la vergüenza de lo que han hecho.


“Habrá lloro y el crujir de dientes dando inicio a pena intensa y cólera” 

(Mt 13:42)                                                                                                                                                                                                                                     


Y es un lugar “donde el gusano de ellos no muere y el fuego nunca se apaga”
(Mc 9:48).
  • Entonces, acaso ¿no deberíamos avisar a la gente de que esto existe para que intentaran cambiar mientras estén a tiempo?                     
  • Te narraré algo que cuenta la Biblia sobre El rico y Lázaro:

“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez.

Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.

Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado.

Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vió de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.

Entonces él dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

Pero Abraham le dijo: Hijo acuérdate que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro también males; pero éste ahora es consolado aquí y tu atormentado.

Ademas de todo esto una gran sima esta puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisiesen pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.

Entonces le dijo: Te ruego, pues padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.

Él entonces dijo: No padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.

Mas Abraham le dijo: si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levante de entre los muertos.” (Lc. 16: 18-31).
  • Lo que te digo pues, con esto es que los que gobiernan este mundo, se han encargado de hacer creer a la gente que el infierno no existe y que da igual lo que hagas en vida porque te puedes arrepentir al final y vas al cielo, mas cada uno será juzgado según su obra. Por mucho que nos digan o nos pretendan avisar de lo que sucederá, no lo creeremos.
  • Por eso hijo, en verdad te digo, que hay que ser justos, armarse con la armadura de Dios y vivir  sin pecado porque es responsabilidad  nuestra el ir a un lado u otro cuando la muerte nos llegue. No sabemos cuando llegará nuestra hora y quizás luego no tendremos tiempo de cambiar, porque dice Dios “Vendré como ladrón en la noche” (1Te 5:2).
  • Para terminar, te contare una historia que me contaron una vez:

“El hospital se hacía más tétrico ante los gemidos del moribundo. La enfermera llevaba varios días contemplando el tremendo dolor emotivo de un anciano que se resistía a dejar su cuerpo. Casi sin constantes vitales, pareció revivir de nuevo en un último esfuerzo y abrió los ojos de par en par mirando la enfermera que respiraba aliviada.

  • ¿Cómo te sientes?-dijo ella.
  • He vivido la muerte y he sufrido de una forma espantosa. El tiempo se me acaba y he desperdiciado mi vida.
  • ¿Tan dura es la muerte? No es dura, creo que es una liberación.
  • Entonces ¿es el dolor del cuerpo?
  • No, es el dolor del alma, que es a menudo mucho más fuerte. En un momento he visto toda mi vida reflejada en un segundo. He llorado volviendo a vivir historias de la guerra. Allí mi misión era torturar a los presos y así lo hice. Al principio con muchos escrúpulos pero al final, llegue a disfrutar con ello y con el sufrimiento de los que caían en mis manos. Después me he visto en otra guerra y era yo quien sufría la tortura. Era espantosa y moría entre agonías odiando al que me torturaba. En vez de aprender la lección y haber perdonado y cedido ante el odio me he hecho acreedor de nuevos dolores para las siguientes vidas ¡Que tremenda pena haber perdido la oportunidad de redimirme! ¡Dios mío, Dios mío, que ceguera la del hombre que se deja arrastrar por las pasiones!"


“Y vi a los muertos, grandes y pequeños de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritos en los libros según su obra” (Ap 20: 12).


EL GUARDIÁN DEL HADES


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