jueves, 31 de enero de 2013

LA EDUCACIÓN - REFLEXIONES

Por: RAFI

Llevaba ya tiempo pensando en escribir sobre la educación en general y en nuestro país en particular, y me animó mucho el abucheo de los estudiantes universitarios al ministro Wert en Sevilla hace varias semanas, pero he aquí que HAMUTAL publica en nuestra web su escrito sobre el sistema educativo y me deja sin argumentos…. ¡qué bien escribes, que bien lo explicas y cuan de acuerdo estoy contigo!.

Poco me queda a mi que añadir sobre el sistema educativo, que no hayas dicho tu ya, así que tal vez mi única opción sea reflexionar un poco y escribir aquello que se me vaya ocurriendo de mi experiencia personal en el campo de la educación.


Me he acordado del ministro Wert, porque cada vez estoy más convencida de que este ministro nos quiere llevar a una situación parecida a la que yo viví cuando era niña.

Cuando yo era niña, allá por los años 1960-1970, el periodo  “dicta-blanda” de la dictadura de Franco, solo tenía la opción de estudiar aquel que pertenecía a una familia adinerada o aquel que, por destacar tanto en su inteligencia era merecedor  de una beca, siempre corta en su cuantía.

La beca obligaba a toda la familia a desprenderse de cantidades de dinero que para ellos eran vitales y al estudiante a comenzar un “camino sin retorno” al conocimiento, que, por una parte, le abría la mente a muchas cosas nuevas y por otra, le alejaba cada vez más de su familia, los sufridores que se estaban  privando de muchas cosas imprescindibles para que el agraciado con la beca pudiera formarse, pero con los que cada vez resultaba más difícil mantener una charla de tipo académico.

La pregunta siempre era la misma ¿Debo dejar de formarme yo para poder seguir estando al nivel que tiene el resto de mi familia o debo seguir en este camino iniciado para,  desde él,  poder ayudarles a ellos?.

En mi caso la decisión fue seguir… Y cuanto me alegro de haberlo hecho, porque HAMUTAL dices muy bien cuando hablas de la UNIVERSIDAD DE LA VIDA, que se hace camino al andar.

Y como una cosa lleva a la otra, he recordado aquel dicho que decía que “los niños no aprenden, los niños copian” y ese trabajo de dejarse copiar deben hacerlo los familiares, sobre todo los padres.

Inculcar a sus hijos los valores y la ética que a ellos les asiste en su vida es el trabajo más importante que tienen los padres:  Con ética y con conciencia, todo el conocimiento que venga, bienvenido sea, ya se trate de matemáticas, biología, lengua, historia, literatura, música, deporte, Etc. Etc.

En la parte escolar y académica no debería haber más límite que el que ponga el cerebro del estudiante y sus ganas de aprender, que no todo el mundo tiene las mismas.

Recuerdo que de adolescente, me preguntaba muchas veces mi hermana que por qué leía y estudiaba tanto y siempre contestaba: “Tengo la sensación de que  si muero  joven no  me dará  tiempo  de aprender todo lo que me queda por saber”. Ella no lo entendía muy bien, por eso cada estudiante debe llevar su propio ritmo, si bien intentando potenciar no solo los conocimientos de la profesión sino también los de la genialidad y el esoterismo.

Mas,  como la historia se repite, sobre todo cuando no se ha sabido gestionar bien, cuando yo terminé mis estudios universitarios, de la misma forma que está ocurriendo ahora, le era más fácil encontrar trabajo a aquellos de mis compañeros de facultad que eran hijos de padres universitarios (ahora a los vinculados a algún partido político) que  a los que, como yo, éramos hijos de campesinos y el resultado de aquel PLAN DE IGUALDAD DE OPORTUNIDADES que puso un día en marcha Franco….. De esta forma me convertí en LICENCIADA EN CIENCIAS QUÍMICAS, pero de profesión limpiadora en un hotel de la Costa Blanca (Benidorm)… y algo así es  lo mismo que está ocurriendo ahora con tantos jóvenes licenciados.

Pero es en mi situación laboral donde vuelve a hacer acto de presencia lo aprendido sobre valores y ética:

Yo había aprendido que mis padres no eran MENOS por no saber leer, que mis padres tenían todo el valor moral y personal que ellos habían sido capaces de ganarse con sus actos a lo largo de toda su vida y eso me llevó al convencimiento de que yo era una persona muy afortunada por haber podido copiarles en sus valores y al mismo tiempo haber podido aprender tanto sobre tantas materias académicas (literarias, científicas, humanidades, artísticas, etc. Etc.) y por haber dejado entrar en mi ese gusanillo,  que ya siempre me ha acompañado,  y que me lleva a querer saber cada vez más …… de todo.

Fue mi deseo de aprender el que me permitió crecer profesionalmente en el sector de las hostelería y descubrir una profesión que yo no suponía que pudiese desempeñar: las ventas… y me lo he pasado genial comercializando hoteles, captando clientes por media Europa.

Y así, poco a poco ya he ido recordando situaciones de  los tres pilares de la educación de los que hablas HAMUTAL:

  • Educación escolar y académica.
  • Educación profesional.
  • Educación en valores, ética, en universidad de la vida.

Para mi el más importante de todos es el tercero, el que tiene como maestros a tus padres. Ellos me enseñaron que se pueden y se deben  delegar en otros los dos primeros pilares de la educación, pero el de los valores es su responsabilidad y LOS PADRES NO DEBEN ABDICAR DE ESTA RESPONSABILIDAD, EN NINGÚN CASO.

Los padres nunca deben dejar que otros les eduquen a sus hijos en universidad de la vida si no quieren que después sus hijos sean unos desconocidos para ellos y viceversa.

Es nuestro deber extraer lo mejor de cada situación y desechar lo malo, después de aprendida la lección, porque cada lección aprendida se graba directamente en nuestro archivo de LA VIDA.

En mi caso, ese querer saber cada vez más me volvió tan preguntona con la ALQUINATURA hace ya casi 23 años, que aquí me encuentro intentando difundir lo que implica esta forma de vida, intentando poner en práctica con mis hijos lo que esta forma de educar implica y esperando que Dios me ayude, me siga ayudando en todo lo que me quede por emprender.


RAFI


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