viernes, 4 de enero de 2013

SEUDÓNIMOS

Carta de José Mª Padilla dirigida al Campanero Cósmico
SALUTACIONES

El Trueno de Sión a José María Padilla.

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La consideración que siento a todos los que aman la verdad es la fuente de mis inquietudes.

El hecho de ocultarse del exterior forma parte de la naturaleza del místico. Existen interpretaciones distintas hacia este respecto, que generan divergencias, en cuanto al hecho de ocultarse. Más vale suponer que el que se esconde lo hace porque prescinde su yo, y no por atacar personalmente a nadie.

Tritón
El mundo de los seudónimos debe de entenderse como una denominación mística o metafórica de la propia función o expresión del que la utiliza. Concebir la desestima del sistema es una actitud de querer afrontar los hechos que suceden sin restricción ninguna. Criticar y sacar a la luz pública elementos o cosas que son compatibles con el sistema, en la medida de que éste lo ha aceptado, a sabiendas de que no supone ningún peligro para su continuidad, no denota ningún valor, ni ningún compromiso, tanto ético, moral, social o de justicia, puesto que estos elementos de discrepancia están aceptados socialmente. Sólo expresan ideologías o doctrinas diferentes dentro del contexto del propio sistema. Esta estrategia no nos lleva a ninguna parte, a la vista del escenario establecido.


Todo elemento de juicio o acción tiene su valor en el tiempo y en el espacio. Es por ello, que ser de izquierdas, y criticar las dictaduras y las “democracias” si suponía un valor de confrontación, con el consiguiente peligro, en la época franquista. Sin embargo hoy día, el único valor que tiene es el identificarse con una ideología, que en caso de ser socialmente más justa adquiere sólo un carácter más humanitario.

Decir hace sólo veinte años que eras vegetariano suponía también un gran valor, debido a que la sociedad lo identificaba como algo raro y podían etiquetarte de pertenecer a alguna secta. Sin embargo hoy día, incluso está bien visto, a tenor de los millones de vegetarianos que ya hay en el mundo, y dado que su cifra sigue en aumento. El hecho de ser vegetariano está aceptado actualmente, y sólo adquiere el valor y el beneficio de la ventaja de serlo.

También conviene recordar que no era igual ser cristiano en los primeros tiempos del cristianismo, puesto que eran catalogados de pertenecer a la secta de los nazarenos, siendo perseguidos y echados a los leones; si lo comparamos con los “cristianos” de hoy día aceptados socialmente y sin ninguna trascendencia que ponga en evidencia los poderes del mundo.

Luz de vela
Las diferencias entre la esencia y la apariencia son notorias. 
Los de la esencia basan sus hechos en la virtud de esforzarse por algo en lo creen sin lucirse, no sólo esto, si no que sacan a relucir aquellos elementos o cosas que no están aceptados socialmente y que a la sociedad no le conviene. 
En la edad media, a éstos, los quemaban en la hoguera, hoy día te “matan” socialmente. 
Los términos: Solitario, huérfano y nimio son denominaciones que adquieren los de la esencia, de ahí que muchos hayamos perdido familia, amigos, etc.

Por eso, lo supremo es estar en contra del mundo, a expensas de que te etiqueten como de pertenecer a una secta, estrategia que utiliza el sistema para liberarse de la aberración de su conciencia. Debido a ello, la razón del santo la convierten en necedad y su doctrina en locura.

El santo, en la mayoría de los casos, no obra por sí mismo, sólo expone lo que las doctrinas dicen. En este sentido, la sociedad se desenvuelve en la paradoja de la mentira y la verdad. Resulta una gran hipocresía ver a un millón de personas, muchos de ellos fanáticos, detrás de una imagen y adorándola (romería del Rocío), hecho aceptado socialmente, sin embargo, esto es condenable por las escrituras, por pertenecer al mundo de la idolatría. Si alguien se le ocurre sacar a luz esta verdad, de inmediato será etiquetado de sectario. Precisamente, en esto, consiste la estrategia del sistema: anular socialmente a todo aquel que habla de la verdad, poniendo en peligro sus intereses.

Lobo con piel de cordero
La falsedad del mundo no tiene parangón, la hipocresía y sus maldades exceden, con creces, lo razonablemente humano. Más vale ir de “sectario” y “loco”, por ponerte en contra del mundo, que ser un “revolucionario” cooperante. El “jorobado”, siempre le pone su joroba al otro, debido a ello, el mundo acusa a los de la esencia de secta, y sin embargo, no hay mayor secta que el propio mundo. Las sectas persiguen tres finalidades fundamentales:

  • El enriquecimiento de sus dirigentes.
  • La alienación sistemática.
  • La degeneración de la moral.

Estos tres requisitos los cumple, con creces, el sistema que conocemos hoy día, con el consiguiente escenario social: hambre, miseria, explotación, delincuencia, criminalidad, paro, millones de gente enferma, corrupción sexual, etc. Cabe pues preguntarse, ¿puede un jorobado criticar la joroba de otro, sin ver la pirámide que lleva en su espalda?

De igual manera, acusar de esconderse, a aquellos que hablan abiertamente y que adornan sus ventanas con signos, imágenes y escritos que les comprometen socialmente (hoy día cualquier persona puede ser localizable), es ponerse al lado del mundo y en contra de la doctrina de Dios.

“Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho”.
Judas 1:16


Silencio de cal y canto
por encender las farolas.
El espolón de los gallos
solo se bate en la aurora.

Ojos cerrados y sin brazos,
bajo un Cielo que reclama
el rumor de la justicia
y no la lengua callada.

Las estrellas guardadoras
sólo aletean sus alas
y van a los ventanales
de los que sacan la vara.

Triste el arco limitado.
Caballo blanco con muros.
Pinta una cruz en la puerta
al viento estelar maduro.

En el portal de Belén
falta la mula y el buey.
Van por el Gualdaquivir
en busca de un nuevo rey.

El León, junto a Tzu Hang.
El Trueno y el Campanero.
Antonio busca la Sal
que está cayendo del Cielo.

¡Oh!, José María Padilla,
tú rompiste el silencio.
La luz de tus ojos, a ciegas,
tu alma de luz luciendo.

Algunos seudónimos de personajes históricos:

Paracelso

Jesús: Cristo (Mesías)

Simón: Pedro (Piedra)

Lao Tsé: Viejo orejudo

Fu- Hi: Tritón

Paracelso: Philippus Theophrastus Bombast von Hohenheim

Cicerón: Marco Tulio

Pablo Neruda: Neftalí Ricardo Reyes




Trueno de Sión

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