jueves, 21 de febrero de 2013

MI PASIÓN POR EL FLAMENCO

Por: R.M.L.

El flamenco no es de nadie en particular, es una gracia de Dios, proviene de una mezcla de culturas y se enriquece en Andalucía: es dolor, pena, poesía, aguardiente que verifica, seca y alegra la locura, los ritmos de los cantaores antiguos: judíos, mozárabes, moros, moriscos, andalucíes, gitanos, castellanos, murcianos, extremeños, la influencia de los cantes de ida y vuelta de Sudamérica, etc. Ya en siglos pasados, se denominaba cantaor completo al artista flamenco capaz de hacer bien todos los palos del cante.



¿QUÉ LE DEBE EL CANTE FLAMENCO A SILVERIO FRANCONETTI?

SILVERIO FRANCONETTI AGUILAR

Nació el 6 de octubre de 1829, fue hijo de un militar romano llamado Nicolás Franconetti y de una alcalareña, María de la Concepción Aguilar. A aquel seguiriyero portentoso, que se crió en Morón, los críticos le adjudicaron, sin ninguna duda, la denominación de: la importancia de la historia del cante, por ser el único cantaor que cantó todo extraordinariamente bien.

En el mundo del flamenco, los ancianos no mienten nunca, consideran los cantes de Silverio fruto de “la mezcla de la dulce miel de Italia con el limón nuestro” (Federico García Lorca, Poema del Cante Jondo). Una anciana gitana, al no poder encontrar defecto alguno al cante de Silverio, se resignó a decirle enojada y admirada: “—¡Mira hijo, cantas muy bien, pero tienes los pies muy grandes!”—, al parecer, la vieja gitana, entendida en flamenco, solamente se dignó a criticar sus desmesurados zapatos.

Además de ser un genio de su época, Silverio fue un hábil y ambicioso empresario e intuyó que el flamenco podía ser una atracción artística, así que abrió su propio negocio en la calle Rosario. La contribución que hizo Silverio al flamenco fue mayor que la de cualquier empresario de su tiempo, semejante incluso al empresario de hoy día.



EL METAL

DON ANTONIO CHACÓN GARCÍA

Nació el 26 de mayo de 1869 en Jerez de la Frontera (Cádiz), no se ganó su tratamiento de “don” por ser payo, sino por haber llegado a ser un señor de los cantes, de la misma manera que a Don Antonio Mairena también se le atribuyó, pero no por ser gitano, sino porque sencillamente no sabríamos dirigirnos a él por su sabiduría flamenca, ¡Cuánto le debe el cante a fin de cuentas a Don Antonio!, no podemos medirlo, en el flamenco todo está junto, ya nada es de nadie y todo es nuestro. Chacón, el gran genio, está escrito en el metal de las minas del cante.


EL DUENDE

MANUEL JIMÉMEZ Y MARTÍNEZ DE PINILLOS

“Manuel Vallejo” nació en el Barrio de San Marcos en la calle San Luis (Sevilla) un 15 de octubre de 1891. Con tan solo 15 años debuta en el kiosco de Pinto en la Alameda de Hércules.

Vivió la época dorada del cante creativo con una voz irrepetible, muy grande, melosa y dulce. El 24 de agosto de 1925 le dan la Copa Pavón de manos de Don Antonio Chacón y al año siguiente, recibe la segunda llave del cante en Madrid el 5 de octubre de 1926, se la entregan “Manuel Torre” y “el Niño Jerez”. Ha sido una máxima figura del cante por fandangos y por todos los palos. En una ocasión tenía que cantar “Pepe Pinto” en el mismo espectáculo y la mujer de Pepe, “Niña de los Peines”, le dijo: —“canta tu primero, que como salga él primero, a ver cómo sales tú”— Como no le hizo caso, cantó primero “Vallejo”, de tal manera que por aquellos entonces, pocos lo podían hacer igual, dejando al público eclipsado. Fue creador de fandangos personales, cantaba muy bien a compás las bulerías y las seguiriyas, a pesar de ello, “Manuel Vallejo” ha llegado a ser el gran olvidado.


LA DULZURA

JOSÉ TORRES GARZÓN: “PEPE PINTO”


Nació en la Macarena el 22 de julio de 1903. Según cuenta la gente, su madre cantaba maravillosamente bien. Pepe cantaba desde niño con Marchena y con “Carbonerillo” y se casó con “la Niña de los Peines” (Pastora Pavón), una de las más grandes cantaoras del siglo pasado. Pero él no era menos y cómo son las cosas, ella es la que más suena después de que él fuera más de veinte años uno de los más escuchados en la radio, sabiendo cantar tan maravillosamente bien esos fandangos dedicados a las madres. A este gran cantaor sevillano no se le ha hecho justicia, ni todo lo que él se hubiera merecido en vida, un artista irrepetible, pero hoy está en la sombra sabiendo cantar todos los palos. Pastora se retiró y “Pepe Pinto” puso un bar en la zona de la Campana llamado Bar del Pinto, aquí empezó su etapa más comercial en la que grabó canciones y coplas aflamencadas. Era de los que pensaba como “Caracol”, “el Niño de Marchena”, Juanito Valderrama, que al público había que darle lo que pidiera.

Cuando yo escucho un disco de él siempre me digo: —“¡qué bien canta y qué eco más bonito y dulce cantando Mi niña Lola, “Toito” de lo consiento, menos faltarle a mi mare—“, además de ello, cuentan que era un hombre muy honrado, creador de sus propias letras, pero hoy día, está en la sombra.


LA SABIDURÍA

JOSÉ TEJADA MARTÍN: “PEPE MARCHENA”


Nació el 7 de noviembre de 1903 en Marchena (Sevilla), se dio a conocer como “el Niño de Marchena”, fue uno de los grandes cantaores flamencos y el más popular en su momento. Creó las colombianas, único palo creado en el siglo XX, aunque cantó otros estilos como fandangos, tarantas y malagueñas, etc. Su padre cantaba muy bien, no aprendió a leer ni a escribir, no obstante, su gran inteligencia natural, le permitió sobresalir desde pequeño y alcanzar la meta que se fue marcando. Por esta razón, a su corta edad le pusieron el mote de la “vieja”, por lo que sabía. En el año 1926 grabó por primera vez La rosa, desde entonces se convierte en el disco más solicitado de Marchena. Fue un personaje peculiar y único, componía sus propias letras y era un hombre bien vestido y de muy buena presencia.

Tomás Pavón dijo del “Niño de Marchena”: —“Cuando Dios derramó el salero sobre la tierra, toda la sal le cayó encima a la vieja”—. Sin embargo, Pepe Marchena no fue aceptado por el gitanismo, aunque algunos artistas gitanos lo adoraban como por ejemplo Pastora, su hermano Tomás, hasta “Manuel Torres”, entre muchos genios.

Elogio de Manuel de Falla:
“Charles Chaplin: yo le tengo mucha envidia al “niño de Marchena”, con él se enamoran las mujeres y conmigo se ríen”.
Elogio de Carmen Amaya:
“Marchena, faraón del cante, merecería ser gitano”. ¿Cómo se puede decir una barbaridad tan grande?

Cantaores que han pasado a la historia del flamenco:



EL POETA-CANTAOR DE SEVILLA

ENRIQUE GUILLÉN CASCAJOSA: BIZCO AMATE

Nació en Sevilla el 16 de enero de 1917 en una choza, aunque Enrique poseía un ojo de cristal, era conocido con el apodo del “bizco”. Un hombre que estuvo toda su vida en la miseria, no sabemos si por su mala cabeza o porque era su sino. En el Cerro del Águila donde vivió y se crió hasta su muerte, cantaba todo aquello que él componía: sus vivencias con los vecinos, sus amoríos, problemas sociales o políticos, etc., pero no nos dejó nada grabado y muchas de sus letras son cantadas por los mejores cantaores, por ejemplo, los fandangos cantados por “Camarón”: “Soy más duro que el acero, antes roto que doblarme…” y Rafael Farina: “por Dios que me vuelvo loco…”. No llegué a conocerlo porque murió antes de yo nacer, pero cuando se escucha hablar de este genio, todo el mundo coincide en que cantaba tan bien, que te enganchaba. 

“Vallejo” se lo llevó a Madrid para lanzarlo al estrellado, pero él no podía vivir sin su barrio y su gente y son muchos los artistas que acudían a escucharlo cantar como Juanito Valderrama, “Vallejo”, “Pepe Pinto”, etc. De él se han escrito varios libros, aunque hay muchas lagunas en su biografía. Murió como vivió, debajo del Puente del Tamarguillo, donde se lo encontraron muerto unos niños que estaban jugando. ¡Qué vida tan miserable e injusta con tu gran valía! 


EL SENTIMIENTO Y EL DESGARRO

FRANCISCO GÓMEZ ARRECIADO: “PACO TORONJO”

Nació en el 1928 en Alosno (Huelva), él y su hermano Pepe forman un dúo y comienza a recorrer ferias, fiestas y romerías, ya no hacen ningún cartel en el que no aparezcan ellos. Estos hermanos alosneros, donde actuaban, dejaban toda la historia musical de Alosno, contagiando los aires de seguiriyas por sevillanas bíblicas y fandangos increíbles por sus tonos y por sus ensoñadores melismas, dando a conocer al mundo del flamenco que con Alosno había que contar. Grabó su primer disco junto a su hermano Pepe y, a la muerte de este, en solitario. El nombre de “Paco Toronjo” es una realidad increíble y el fandango tenía en sus aires un rumbo diferente, dimensionado hasta el infinito, alcanzado las más altas esferas musicales. Yo lo vi un par de veces en directo y creo que se quedan cortos. Creador de sus letras, como por ejemplo, la de algunos fandangos, a los que ponía un acento muy personal y característico.


EL TROVADOR DE SEVILLA

FRANCISCO DE ASÍS PALACIOS ORTEGA: “EL PALI”

Nace el 22 de mayo de 1928, conocido en Sevilla como “el Trovador” por su magnífica forma de cantar a todos sus rincones: su río, Triana, el Altozano, la calle Betis y algún cantaor como “el Bizco Amate”. Tan solo cantaba sevillanas, pero hacía que pareciese el más grande palo del flamenco. Cuando se escucha los discos del “Pali” se queda grabada la dulzura de su voz.

UN GRAN ROMÁNTICO

ENRIQUE MONTOYA FERNÁNDEZ


Enrique Montoya Fernández nació en Utrera (Sevilla) el día 21 de septiembre de 1928 y fue un cantaor de flamenco y copla. Sus primeros cantes los realizó en su infancia, en su ciudad natal, al mismo tiempo que aprendió a tocar la guitarra en la barbería de Balsámico. 

Siendo un niño, emprendió su primera gira artística por los pueblos de Andalucía, Extremadura y por toda España. En su andadura como cantaor, recorrió varios lugares entre ellos Egipto, Grecia, Turquía y otros países pertenecientes al Oriente Medio.

Concha Piquer lo presentó en el espectáculo Salero de España como una de sus principales figuras. Más tarde, marchó a Cuba y de allí, a los Estados unidos, donde fue presentado en el teatro Rocky de New York. Pasados los años, grabó sus mejores piezas con “Paco de Lucía” bajo el denominador común del flamenco romántico. Enrique ha sido el mejor intérprete de una Andalucía fina, abierta como un abanico, sonora y flamenca. Este hizo lo que hoy encajaría dentro del flamenco nuevo.

Bernarda de Utrera, en una entrevista que le hicieron en televisión, dijo que Enrique era el cantaor más completo para su gusto y para el de su padre, que de joven cantaba en la casa de Bernarda. ¡Qué tiempos aquellos que en todos los lugares se escuchaba Señorita, Tres puñales, Esperanza y Virgen de Consolación, entre otras canciones, ¡qué voz más dulce, con más flamencura, ritmo, y nadie lo nombra!


FLAMENCO PURO

FRANCISCO ÁLVAREZ MARTÍN: “PACO TARANTO”


Nació en Sevilla en el 1940, empezó a cantar siendo aún un adolescente y al comienzo de los años 60 formó un dúo llamado “Los Tarantos” junto a Salvador Távora, ambos trabajarían posteriormente en la compañía de “Pepe Marchena”, “el Sevillano” y “el Pinto”.

“Paco Taranto” ha cantado muchos años para el baile, pero su gran virtud está en el amplio conocimiento que tiene de los cantes de su Barrio de Triana, junto con “el Arenero”. Paco es considerado el mejor intérprete de los estilos del Zurraque, en su vida pasó una época dedicado a las sevillanas, pero nunca ha abandonado su vena flamenca, para mí el mejor que ha cantado la soleá de Triana y las sevillanas porque las hacía muy flamencas, un hombre con un estilo propio y muy poco valorado por el mundo del flamenco, aunque todo el mundo dice: ¡vaya manera de decir los cantes y apenas se menciona!



EL GENIO

ENRIQUE MORENTE COTELO


Nació en Granada en el 25 de Diciembre de 1942 en el Barrio del Albahicín. Su carrera como cantaor comenzó a los 14 o 15 años. Se trasladó a Madrid con un grupo de jóvenes aficionados, ellos acudían, casi a diario, a locales donde aprendían el cante flamenco a manos de “Pepe, el de la Matrona”, este había sido alumno del mismísimo Don Antonio Chacón.

Enrique “el Granaíno” (nombre artístico con que se le conocía en sus comienzos), consiguió despertar el interés matronal. Empezaron a lloverle los contratos, los festivales flamencos, siempre actuando, mano a mano, con los mejores del momento. Poseía un gran conocimiento nada habitual, a pesar de sus 25 años, a la hora de cantar cañas, soleares, seguiriyas y mirabrás.

En 1967 salió a luz su disco titulado Cante Antiguo, en este disco estaba acompañado por el guitarrista “el niño Ricardo”, una selección de cantes que denotaban un profundo conocimiento.

Durante los siguientes años, tienen lugar numerosos encuentros entre Enrique y Manolo Sanlúcar, con quien vivirá numerosas experiencias. Juntos actuaron en al Ateneo de Madrid, siendo los primeros flamencos que actuaban en aquel lugar.


  • En 1971 en Méjico, cantó acompañado del guitarrista Parrilla y de la bailaora Juana Parrilla. 
  • En 1972 ofreció en Madrid un recital en compañía de María Vargas y Manolo Sanlúcar. En este mismo año fue reconocido con la Cátedra de flamencología y estudios folclóricos andaluces, que se otorgaba en la ciudad de Jerez de la Frontera, además es condecorado con el Premio Nacional de Cante.
  • En 1978 saldría la luz su disco más flamenco: Homenaje a Don Antonio Chacón, cosechando un gran éxito.
  • En 1980, estando de moda los mano a mano entre cantaores, realizó varios conciertos junto a “Camarón de la Isla”.
  • En 1990, en el Patio de la Montería (Reales Alcázares en Sevilla), dentro del ciclo de la VI Bienal de Flamenco, presentó su disco el Allegro Soleá junto con las guitarras de Pepe Habichuela y “Montoyita”, el piano de Antonio Robledo y la orquesta de Cámara de Granada, dirigida por Micha Rachelevky. Fue un sueño, hecho realidad, ¡qué elegancia! ¡Buen cantar! ¡Todo lo hacía de una manera maravillosa! ¡El mejor cantaor que ha interpretado la caña y todos los cantes en general! ¡Al verlo cantar en directo, ¡no queríamos que el concierto acabara! 

Toda su trayectoria artística fue un verdadero éxito hasta su prematura muerte, casi todas sus letras eran adaptaciones de diferentes poemas, además añadió su propio estilo tanto personal como musical.


“Silencio, Morente ya canta,
un abanico en la garganta,
suena el coro,
sueña La Alhambra.
Un río de agua lo refleja en el fondo,
mezcla de razas,
ni judía, ni gitana, ni payo, ni moro,
voz en la plaza,
una mitad de oro,
la otra mitad de plata”.

(Antonio Martínez Márquez)
        




EL FARAÓN DEL CANTE

JOSÉ MONJE CRUZ: “CAMARÓN DE LA ISLA”

Nació en San Fernando (Cádiz) el 5 de diciembre de 1950 en la calle Carmen, en el Barrio La Callejuela, su apodo se debe al pelo rubio y a la piel blanca que tenía. Su madre cantaba y su padre era un gran aficionado del flamenco en la fragua donde trabajaba. La casa de los Monjes era frecuentada por los grandes cantaores y José, de pequeño, escuchaba a Caracol o a Antonio Mairena. Con tan solo 5 años actuó por primera vez en San Fernando, con 12 ganó el premio del Festival de Montilla (Córdoba) y a partir de aquí, es cuando comienza su carrera profesional en el mundo del cante con su mejor amigo “Rancapino”.

En el 1966 ganó el primer premio del Cante Jondo en Mairena del Alcor y en el 1968 llega a ser fijo en el tablao de Torrebermeja de Madrid durante doce años, acompañado a la guitarra por Paco Cepero. Su nombre comienza cada vez a ser más conocido y participará en la película Casaflora, protagonizada por Lola Flores. En Torrebermeja conoce al guitarrista “Paco de Lucía”, con él grabaría nueve discos (entre 1969 y 1977) dirigido por el padre del tocaor (Antonio Sánchez) y por su hermano (Ramón de Algeciras). Durante esos años se produce su evolución como cantaor, pasando de un estilo ortodoxo a otro más personal. El primer disco de “Camarón” y Paco se convierte en una revolución musical con los tangos extremeños, fue el primer éxito del dúo. 

En 1989 graba Soy gitano, el disco más vendido de la historia del flamenco, cuyo guitarrista fue Vicente amigo.

En 1992, último disco publicado en vida, Potro de rabia y miel, contó con las guitarras de “Paco de Lucía” y “Tomatito”. “Camarón” tenía una química especial con Paco y Paco con “Camarón”, ambos se quedaban eclipsados, uno del otro.

“Camarón” en un festival celebrado en Marchena, cuya fecha no recuerdo, nos dio a todos los presentes una noche inolvidable ¡Qué forma de cantar y qué arte! ¡No se puede tener más compás! ¡Puso a todo el mundo en pie, fue una noche irrepetible!


LA FRESCURA

FRANCISCO JOSÉ ARCÁNGEL RAMOS: “ARCÁNGEL”

Nació en el 1977 en Huelva, Arcángel, desde muy niño escoge el difícil complejo de este arte para ser de él su medio de vida con sus magníficas y diferentes condiciones tonales. Su enorme afición y su sentido del compás, hacen que renombrado artista del baile y de la guitarra, cuente con él por sus magníficas dotes. Cantando para el baile le dieron un premio, la persona que se lo entregó le dijo así: —“tu cante huele a canela y clavo”— y el que lo presentaba le dio las gracias y le dijo: —“gracias, Arcángel, cantas muy bien”—, alguien del público contestó: —“¡y gordo!”—, muchos más comentarios alagadores se escucharon. Cantó por soleá y hasta el bailaor se quedó parado delante de él y digo yo: ¡eso es el duende!

En el 2001 gana el Premio de Andalucía Joven, en el 2002 el Premio Nacional Activo de Úbeda y en la Bienal de Flamenco de Sevilla en el 2002, celebrada en el Palenque, recibe el Premio de Mejor Intérprete del Cante.


R.M.L.

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