martes, 30 de abril de 2013

LA MEDICINA NATURAL ¿Corre el riesgo de desaparecer?


Por: F.S.S


Empecé siendo casi un adolescente en el mundo de la medicina natural, con la idea de que con el paso de los años la situación de la misma mejoraría. Ahora, desde la madurez, me doy cuenta no solo de que no ha mejorado, sino que además ha empeorado su situación. En ello ha colaborado la dejadez de los propios profesionales que la componen, además de un cúmulo de circunstancias que no han surgido al azar, sino en función de unos intereses creados desde diferentes estamentos. Se habla de profesionalizarla, legalizarla, autorizarla y un sin fin de términos que no hacen más que enredar y confundir a la gente que se acerca para conocer realmente que existe detrás de la misma.

Hace algunos años cuando alguien visitaba a un profesional de la naturopatía, simplemente cambiando ciertos hábitos era suficiente para que la disfunción que mermaba su salud cesara.

Ahora esos cambios en la mayoría de la gente no son suficientes; no porque estas hayan dejado de ser eficientes, sino porque el grado de agresión ahora es mayor y se necesitan adaptar las terapias a esta nueva situación.

Esto a veces crea frustración en los usuarios, la mayoría de las veces por desconocimiento, ya que buscan respuestas rápidas, sin entender el proceso de sanación.

DIFERENCIACIÓN DE LA MEDICINA NATURAL

Para poder hablar sobre medicina natural, tal y como se entiende, lo primero sería comprender su filosofía.

A veces se le adjudica a la medicina natural el sobrenombre de medicinas complementarias o alternativas, siendo este último quizás el más acertado.

Pero para muchos de nosotros no son correctos estos términos. Somos muchos los que opinamos que no es una medicina complementaria aunque sí una alternativa real a la medicina oficial.

Si partimos de que médico es el que cura y medicina el camino que lleva a la curación, quizás se cierren las puertas a muchas formas de medicinas.

La diferencia entre ambas medicinas no es solo la forma de tratamiento, que para muchos autores es que una usa formas galenas o químicas y otras sólo formulas naturales, olvidando que cualquier cambio en la composición o presentación es una reacción química.





En ciertos tipos de medicina el enfermo es llamado paciente (el que espera), en función de que su papel es esperar que la solución le venga por una medicación o tratamiento, sin intervenir en el mismo.

En otras el enfermo es parte activa en la búsqueda de su salud, necesitando cambiar hábitos que entorpecen o menguan sus posibilidades de alcanzar la misma.

Esa diferencia hace que muchos abandonen sin entender que nuestra calidad de vida depende de como cuidamos nuestro vehículo: el cuerpo

Pero esta filosofía va aún más lejos, la salud no solo depende de una parte física, sino también psíquica, en función de como interactuamos con nuestro entorno y con nosotros mismos. Es lo que llamamos mantener el equilibrio tanto físico como mental.


Es aquí donde radica una de sus principales diferencias y donde la medicina natural se convierte en una filosofía de vida.

La segunda es buscar la salud sin tratamientos agresivos o que produzcan yatrogenia y buscando potenciar los elementos con los que cuenta el cuerpo de forma natural.

Muchas de las enfermedades actuales son producidas por los propios medicamentos, que lejos de curar, muchos ellos simplemente tapan los síntomas, produciendo la mayoría de las veces disfunciones en otros órganos (enfermedades) que minan aún más la salud.

La tercera podríamos decir que es buscar el origen de la enfermedad, no sus síntomas.

Para la medicina natural los signos son síntomas de que algo va mal. Si los tapamos o los silenciamos, la enfermedad sigue avanzando. Esto producirá dos cosas: el daño orgánico seguirá avanzando y creará a su vez la adaptación patológica del organismo, donde otros órganos se verán implicados.

La curación pasará por encontrar la disfunción primaria y las alteraciones que la misma ha producido, en lo que se conoce como “capas de la cebolla”.

Las “capas de la cebolla” no son más que enfermedades generadas a raíz de un desarreglo primario, que cuando se intenta curar van apareciendo en forma de nuevos síntomas, hasta llegar a la causa primaria.

En realidad la curación no crea nada nuevo; estos síntomas simplemente estaban ahí, tapados de alguna forma, y que aparecen conforme nos vamos limpiando.

Podríamos definir la actitud ante la enfermedad de la siguiente forma:




EL GOBIERNO VELA POR NUESTRA SALUD

Dicho así, queda maravillosamente bien, aunque si lo pensamos tranquilamente es un insulto a nuestra inteligencia y una forma cruenta de mentiras sobre la salud y la enfermedad.



No es muy difícil comprender que el sistema sanitario, tal y como está planteado ahora mismo, no obtiene ganancias de la salud, sino de la enfermedad. Las multinacionales farmacéuticas no investigan en prevención, sino que plantean sus estrategias una vez que la enfermedad está presente y sus líneas de combatir la misma consiste en eliminar los síntomas.



Son muchos los profesionales y los ciudadanos que han levantado la voz, pero cierto caballero (dinero) manipula las informaciones, compra derechos y manipulas las leyes a su antojo.

No hace falta más que mirar los diarios, y veremos informaciones sobre medicamentos que producen efectos adversos e incluso muerte de pacientes. Una vez que ocurre simplemente se pierde en batallas legales, con condenas irrisorias (aunque las cifras nos parezcan astronómicas), pero no veremos ningún responsable, ni cierre de los mismos, simplemente se olvidará con el tiempo.

La pregunta sería: ¿donde quedan las leyes que nos protegen?

¡Ahhh, si!

En obligarme a aceptar una medicina de cuyos principios difiero. En no poder elegir libremente el profesional que quiero que se haga cargo de mi salud, en no poder elegir los medicamentos de los cuales va a depender mi curación y sobre todo ... no puedo elegir como vivir plenamente mi relación salud/enfermedad.

El sistema se permite decirme lo que está bien para mi y lo que no. Se permite decirme como tengo que comer, respirar o vivir, se permite el lujo de juzgarme. Eso lo hace el mismo sistema corrupto que aplica unas leyes para los ciudadanos de segunda (los de primera pueden saltársela a la torera) y otra diferente para...


La misma que me vende que el sistema nacional sanitario es muy bueno, pero que asiste a clínicas privadas, que la enseñanza pública es de las mejores, pero se instruye en colegios privados, que deberíamos cooperar e ir en transporte público para el bien del planeta, pero viaja en primera clase.

La misma que vende los medicamentos inservibles o caducados a terceros países, que habla de paz y vende armas que mete en prisión a un carterista y permite la corrupción bancaria. No gracias, prefiero ser yo el que elija lo que es bueno para mí y lo que no. Prefiero que me cure un placebo como ellos dicen a que me envenenen con sus medicamentos y su sistema de vida.



EL SISTEMA SANITARIO SE TAMBALEA


Es imposible mantener este sistema sanitario, donde cada vez la gente está mas enferma y la enfermedad va cronificando. Esto solo beneficia a entidades privadas que se lucran de esta situación, permitiéndose ademas como hemos visto en estos últimos tiempos chantajear a gobiernos e instituciones.

Es curioso que un laboratorio impida aun gobierno la fabricación de un medicamento genérico, mucho más barato, en países en vías de desarrollo que no pueden permitirse otros tratamientos. Nada importa que mueran muchas personas por ello. Está claro que lo que prima son los intereses privados.

Curioso... ¿donde quedan los gobiernos que miran por nuestros intereses....?


EL MIEDO COMO MÉTODO DE COACCIÓN


Es curioso ver como el miedo es la mejor forma de manejar a la población.

La industria farmacéutica apoyada por una parte de los medios de comunicación y por muchos profesionales, que no todos, utilizan el miedo como método de presión a la hora de enfrentarnos a la enfermedad.

A veces nos ponen contra la pared con frases sutiles que no dejan entrever que si no hacemos aquello que nos indican podemos morir o sufrir una alteración irreversible. El miedo hace el resto y dejamos nuestra salud en manos de un desconocido, sin siquiera buscar otras alternativas, otros profesionales (aunque sean de la misma rama), información sobre la enfermedad... no, el miedo... simplemente nos bloquea.

No vemos las contraindicaciones de los tratamientos, de los medicamentos; simplemente nos aferramos que eso al menos nos deja una esperanza y que podemos ganar la batalla, a veces es solamente una falsa esperanza.

Nos puede servir de ejemplo el cáncer, que tenemos la promesa de que en unos años será vencido, pero la realidad es que cada vez más gente muere de cáncer y que aparecen cánceres nuevos.

Muchos de los que nos dicen que se han salvado ven mermada su calidad de vida de forma importante y la mayoría de las soluciones pasan por la mutilación, que no es una curación, sino quitar la parte enferma y rezar para que no se reproduzca en otra zona (metástasis), cosa que no ocurriría si de verdad estuviese curado.

Esa fe ciega en la ciencia manipulada no nos hace caer en la cuenta que nada o casi nada sabemos de la enfermedad, solo de su desarrollo y de sus daños.

Esa misma ciencia que niega los resultados de la medicina natural. Olvida que la ciencia sigue unos pasos:

1.La observación de los hechos

2.Explicación de los mismos

3.Realización en un laboratorio

4.Exponer la teoría

Pero cuando hablamos de medicina natural solo se habla de efecto placebo...

Pues señores... CÚRENME CON EFECTOS PLACEBOS. Peor es saber que la gente se puede curar con placebos y ... envenenarlos con medicamentos.


¿CUANTO VALORAMOS NUESTRA SALUD?


Cuando nuestro coche empieza a tener ruidos raros lo solemos llevar al taller, sin esperar mucho, no vaya a ser que acabe con una avería mayor.

Si en el taller nos dicen que arreglarlo vale 300€, automáticamente metemos la cabeza debajo del capó y empezamos a tocarlo todo (como si supiésemos de mecánica), y miramos con resignación al mecánico.

Salimos del taller enfadados con nosotros, con el coche y con el mundo.

Buscamos otro taller, miramos en internet, preguntamos a conocidos a ver si encontramos otra solución más barata u otro taller que verifique el diagnóstico del primero.

Curioso ¿no?.

Nada de eso hacemos cuando nos diagnostican una enfermedad, simplemente nos medicamos, operamos, nos ponemos prótesis...

Pero no buscamos una segunda opinión ni información sobre nuestro padecimiento, ni alternativas al tratamiento...

¿Valoramos más nuestro coche que a nosotros mismos?



MEDICINA NATURAL MEDICINA OFICIAL


Durante años la medicina tradicional china ha sido perseguida en su propio país, aboliéndola y persiguiendo a sus practicantes. Esta medida siempre fue impopular y la MTC consiguió sobrevivir.

El gobierno que la restableció en 1949, apostó por ella.


Esto no fue más que una manera mas de poder del sistema que intento destruir una ciencia milenaria e implantar su propio sistema de dictadura sanitaria.

Cuando empecé en este mundo de las medicinas naturales, para los médicos oficiales (no todos), no éramos más que curanderos o pseudomédicos, la medicina tradicional china, un cuento de chinos y la fitoterapia, plantitas de infusiones.

Hoy, cuando una gran parte de la sociedad demanda estas medicinas por creerlas menos agresivas y porque tienen en cuenta a la persona y su medio, algo que no cumple la medicina oficial y “científica”, que aborda la enfermedad desde un punto de vista mecánico, como si fuésemos maquinas en las que una pieza funciona mal y el resto sigue su curso.

Ahora si que han vuelto la vista, cuando han visto perder una parte de su reinado. Incluso las farmacéuticas se preocupan de esas infantiles infusiones que en un principio desecharon. Ahora vienen con el cuento de que debe ser prescritas por profesionales médicos y que debe de venderse en farmacias ya que son medicamentos, nada hablan de que simplemente quieren seguir manejando la enfermedad, retirando del mercado plantas que ellos consideran peligrosas, pero que sus resultados han sido demostrado durante siglos.

Incluso la acupuntura, aquel cuento de chinos, ahora es verdad y funciona, tanto que se utiliza en las unidades del dolor de diversos hospitales. Solo que ahora debe ser utilizada por personal médico, el mismo que antes se reía de la misma.

Así podríamos hablar de infinidad de disciplinas (masaje, homeopatía, quiropraxia, osteopatía, flores de Bach, etc.) sin contar otras muchas milenarias que se han mantenido en otras tradiciones y que esta medicina impuesta ha barrido de un plumazo (léase una firma con imposición legal).

El problema versa sobre la forma de aplicar la medicina natural. Si los que la aplican son los profesionales de la medicina clásica o académica lo harán desde el punto de vista estudiado en sus universidades (científico dirían ellos). Esto produce que no funcione como es debido, porque no solo es la aplicación de una planta, unos gránulos de homeopatía o un masaje. Sino que es el conjunto lo que hace la masa y el poder de la medicina natural.

Es verdad que un médico naturista debe tener conocimiento de las diversas partes del cuerpo y de como funciona. También como actúa ante ciertas agresiones.

De eso se han encargado los fisiólogos y anatomistas (aunque aún hay partes y funciones que no están bien definidas) y nos podemos beneficiar de sus conocimientos.

También debe conocer disciplinas asociadas como física, química, biología...

Eso no lo diferenciaría mucho de un médico clásico. Pero si la forma de actuar, basándose en esos conocimientos.

En la medicina natural no se observa el cuerpo como una maquinaria compuesta por muchas partes individuales, sino que esas partes se integran en un todo y que la disfunción de una de ellas implica la alteración de las demás. Por lo que no tenemos muchas enfermedades, sino que estamos enfermos.

Esta enfermedad se instaura a nivel energético como decían los chinos. Hoy la ciencia le da la razón (casi 3000 años después).

Si vemos la composición de la materia observamos:

La unión de partículas forman átomos; la unión de átomos forman moléculas; la unión de moléculas forman orgánulos; la unión de orgánulos forman células; la unión de estas tejidos y la unión de los tejidos forman órganos. Órganos con funciones similares forman aparatos y los diversos aparatos forman el organismo.

Una enfermedad orgánica es en última instancia una alteración de los átomos que lo componen. La función final de cualquier terapia no será más que reequilibrar ese caos que se produce a nivel atómico.

De aquí sale que una parte de la medicina natural actúe a nivel energético o vibracional, para producir esa corrección. En nuestro cuerpo ocurren miles de acciones por segundo con esa finalidad, producir reacciones químicas que generan energía y que esta última es reutilizada para producir nuevas reacciones. Esta es la base de la célula.

El concepto de la célula ya es más comprensible. Una célula se duplica dentro de su ciclo (a excepción de algunas) y esto genera nuevas células hijas.

Esto hace que una célula enferma genera dos hijas enfermas, y así progresivamente, con lo que terminaría afectado a todo un tejido, para luego ir siguiendo en la pirámide anteriormente expuesta.

Si por cualquier circunstancia esa célula migrara a otra parte de nuestro organismo, generaría otro tejido enfermo en esa zona. Si estuviésemos hablando de un cáncer llamaríamos a esta fase metástasis.

Si conocemos el funcionamiento interno de nuestro cuerpo, observaremos que no solo estaría fallando la célula enferma, sino que falla nuestro sistema de control. Tenemos unos receptores que se encargan de que todo funcione dentro de un orden, y cuando esto no ocurre o sufrimos una agresión actúa el sistema inmunológico, células que destruyen a otras células enfermas o a agentes extraños o patógenos.

La pregunta sería: ¿por qué dejar de actuar?

A veces este sistema también enferma, otras veces se ve desbordado y es insuficiente.

Pero la mayoría de las veces simplemente no lo dejamos que lo haga. Inundamos nuestro organismo con productos químicos que inhabilitan a nuestro sistema inmunológico, llegando incluso a deprimirlo. Lo racional sería dejar que este actúe y potenciarlo en caso de ser deficiente.

Esa es la gran diferencia entre ambas medicinas. Para la medicina natural no existen enfermedades clasificadas por síntomas o por síndromes. No se parcela en especialidades que separaran las funciones y no observan la continuidad de la misma.

Imaginemos un sujeto con una disfunción en los riñones (suprarrenales). Dependientes de los mismos tenemos hormonas que se encargan de mantener la tensión arterial mediante el control de los líquidos circundantes. Más tarde o más temprano esta alteración terminará afectando a la tensión. Si actuamos solo eliminando los síntomas que nos da el riñón, pero no los solucionamos, terminaremos en la consulta del cardiólogo, además, de en la del urólogo. La cadena no acabaría aquí, ya que la alteración de la tensión generaría nuevos problemas. A que no adivinamos que industria estará frotándose las manos...

...No, hombre no, la cinematográfica no, aunque parezca una película.

Esto nos puede explicar cosas tan sencillas como las alergias, que cada vez se dan más y a sustancias más cotidianas. Donde nos cuentan que hoy podemos ser tolerantes a unas sustancias y mañana alérgicos a la misma. La mayoría de las explicaciones se dirigen a los cambios o mutaciones de estas sustancias, procesos que requieren su tiempo y que ahora parece ocurrir cada mes, en fin... caprichos de la naturaleza que diría cualquiera.

Pero la realidad es que es nuestro sistema inmunológico que cada vez es más dependiente y aquello que lo hace dependiente lo debilita aún más. Lejos de fortalecerlo nuestro sistema de vida y la montaña de fármacos con los que inundamos nuestro tejido lo debilitan y producen nuevas enfermedades. Y lo curioso es que lo aceptamos sin más. Vemos en televisión diariamente anuncios de fármacos que conviven con anuncios de coches, juguetes, alimentos, etc. sin darnos cuenta de que han pasado a formar parte de nuestra vida y que esto es una forma sutil de que los aceptemos sin preguntarnos nada.




LA ALIMENTACIÓN, EL OTRO GRAN PILAR 

Ya nadie duda de la importancia que tiene la alimentación en nuestra salud, de la relación que existe entre ciertos tipos de enfermedades y nuestros hábitos alimenticios. 

La literatura científica (cuanto le gusta esa palabra a algunos) y las estadísticas asocian directamente enfermedades a ciertos alimentos como las carnes, embutidos, azúcares, alimentos refinados, envasados, etc. Además influye no solo la forma de cocinarlos sino el ambiente en el que comemos. Esto nos da una idea de la importancia que tiene el saber nutrirnos bien. 

Sin embargo esta información no llega siempre clara al consumidor, en base a unos intereses económicos y a no tener que humillarse y reconocer que la pirámide de la alimentación lleva años equivocada. Con lo cual nos irán dando pinceladas de lo mal que nos alimentamos y lo dañino que son algunos alimentos con cuentagotas. 

Buscar otras opciones en la alimentación como por ejemplo ser ovolactovegetariano equivale a que algún energúmeno te pregunte: ¿y tú, de que secta eres?. 

La alimentación es una de las bases de la medicina natural. Si repasamos las obras de los autores clásicos de la medicina natural hacen hincapié en la importancia de la misma y las ventajas de una alimentación vegetariana. No solo lo hacen estos sino una serie interminable de personajes históricos, además de los testimonios de millones de personas en el mundo que avalan los beneficios de la misma. 

Los estudios dirigidos en este sentido demuestras que el cambio a una dieta ovolactovegetariana o vegana incide directamente en nuestra salud. 

Los primeros naturistas hacían valer esta alimentación a sus pacientes, haciendo de la misma el pilón de su curación. Esto disminuye el número de gente que se acerca al mundo del naturismo, lo que ha hecho que muchos de los profesionales que practican esta medicina olviden uno de sus principios, para conseguir un mayor número de seguidores. 

Si no limpiamos el cuerpo de impurezas, seguramente le sea más difícil responder a los estímulos que se generen para su curación. Esto sin hablar de conceptos morales que le suman importancia a este tipo de alimentación.



“...NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE...” 

La enfermedad es un desequilibrio que produce una disfunción, y el desequilibrio nos lleva a la enfermedad. 

Hemos visto la importancia de la alimentación, pero no solo la alimentación nos lleva al desequilibrio. Somos seres que interactuamos con todo lo que existe alrededor, y todo lo que nos rodea nos afecta de una manera u otra. 

La importancia sustancial de la música que nos puede equilibrar o desequilibrar; la filosofía que adoptamos como base de nuestra vida, que nos puede elevar como seres humanos; el deporte que genera no solo un cuerpo sano, sino como dice el dicho una mente sana; la alimentación combustible y material de composición de nuestro cuerpo, somos lo que comemos (y lo que pensamos); la medicina con la que nos ayudamos a mantener la salud cuando enfermamos, evitando aquellos medicamentos que nos agreden; y por último la relación, con nuestro interior, con nuestra pareja, hijos y familia, con nuestros semejantes, con aquello que la naturaleza ha confiado a nuestras manos, con la fe que existe en nuestros corazones y porqué no con Dios (aquel a quien acudimos cuando la batalla de la sin razón se nos pierde). 

De todo ello depende nuestro equilibrio y en última estancia nuestra salud. 

Como vemos la medicina natural es un poco más complicada de lo que a simple vista pueda parecer.



... Y LA MEDICINA NATURAL


A veces la medicina natural se convierte en un negocio, sin tener en cuenta sus principios.

Vemos a gente, que cuando acuden a pedir ayuda para guiar su salud, lo único que encuentran es una cesta de productos dietéticos y algunos consejos nutricionales, la mayoría triviales. Nadie les exige cambiar los hábitos, quizás porque esto haría disminuir el número de posibles usuarios de la misma.

Pero si no intentamos que cambien los errores, entonces no estamos buscando el origen, sino atajando el síntoma de nuevo.

La medicina natural fue antes que los herbolarios y laboratorios (que no resto su importancia), basada en cambios cruciales del método de vida.

La medicina natural no está hecha para una forma de vida rápida, sino para entender el sentido de la vida, es una filosofía, una forma de entender la misma.

No se puede resumir en unos comprimidos o infusiones, sino en la grandeza del ser humano con todos sus componentes: cuerpo, mente y espíritu.

Este es el principio de la medicina desde el origen del ser humano, que poco a poco se ha ido desvirtuando.

Este es el principio que la medicina natural intenta reconquistar, lo demás son solo despojos de la misma, que los tentáculos de una medicina agresiva y cada vez mas deshumanizada intenta implantar a un ritmo acelerado.

Acercar al ser humano a su propia esencia, sin caer en las falacias y quimeras de vendedores de sueños que proliferan en estos tiempos, cuando se habla de estos temas.

Si la medicina natural sigue este camino, simplemente desaparecerá absorbida por el sistema dominante, dando lugar a una nueva versión de medicina sintomática y que seguirá teniendo al ser humano encadenado a la enfermedad y al capitalismo que la dirige.

Si por el contrario se produce un cambio en la conciencia y nos hacemos responsables de la misma, poniendo en armonía todo el potencial del ser humano, la medicina desaparecerá porque cada uno de nosotros seremos nuestro propio médico y aprenderemos de la enfermedad a corregir nuestros errores, porque solo así hallaremos la salud.



F.S.S



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