miércoles, 24 de julio de 2013

LA LIBERTAD DEL MUNDO

Por: EL APRENDIZ ALQUINATURISTA


Alguien me dijo una vez que no era libre porque ser vegetariano y que tratarme con medicina natural coartaba mi libertad, que no era libre del todo porque había alimentos que no podría comer y cosas que no haría por mi manera de vivir.

Ese día le contesté que era todo lo libre que quería y nada más.

Hoy, muchos años después, nos volvimos a encontrar y charlamos sobre la misma cuestión. Ahora sí tenía los argumentos y las vivencias necesarias para contestarle…

Empecé contándole cómo ser vegetariano había despertado mi mente de tal manera que era capaz de darme cuenta de cosas que antes hubiesen pasado  desapercibidas para mí.

Ser vegetariano era únicamente el principio, sólo una parte de mi manera de vivir, elegida con total libertad.

Le hablé de cómo la medicina natural “ALQUINATURA”, con todo el compendio de sus terapias y su filosofía, había sanado y seguía sanando mi cuerpo y mi mente.


Que era más libre porque mi mente era libre y estaba despierta, no prisionera en la cárcel del mundo.


Le expliqué que para mí la libertad consistía, entre otras cuestiones, en elegir lo que creía mejor después de ver todas las posibilidades, no en la elección que el mundo ya tenía preparada para mí.


Algunas de mis palabras sé que le quemaban en su conciencia, porque se daba cuenta, aunque no lo admitiese, que era yo quien estaba en lo cierto.

jueves, 11 de julio de 2013

EL PROCESO DE SANACIÓN

Por: MÉDICO ALQUINATURISTA
        TZU HANG


El médico naturista Tzu Hang a los que saben que la vida es vanidad.


Los procesos de sanación son el resultado de una energía potencial que existe en el organismo y esta energía o capacidad reactiva no es otra que la Physis o la Vis Medicatrix hipocrática (zona localizada en el Tálamo que está compuesta por grupos de neuronas que controlan los procesos de sanación mediante circuitos).  La Vis Medicatrix no solamente regula los procesos de sanación, sino que además pone de manifiesto las enfermedades que coexisten en el organismo; esta actúa como un verdadero indicador de alarma de enfermedades que se encuentran adaptadas («el médico cura, solo la naturaleza sana») o que son reprimidas por unos elementos supresores como son: las drogas, los fármacos, la música rock, el alcohol en exceso, las vacunas, la contaminación electromagnética, los traumas, las tensiones emocionales, etc.

Cada época de la historia humana ha estado marcada por ciertos tipos de enfermedades, en la actualidad, debido a la de represión de síntomas, se ha pasado de sufrir enfermedades agudas a padecer enfermedades crónicas (cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades psíquicas, etc.). Se ha llegado a tal situación que la mayoría de las disfunciones están producidas por el cáncer (cuyo número de personas afectadas no deja de aumentar), sin que haya ningún avance científico que pueda atajar este mal. Hay un dicho chino que dice: cuánto más se afila el cuchillo, más romo se pone, pues con el cáncer sucede lo mismo.

El cáncer es considerado una enfermedad genética desde el punto de vista de la ciencia y también según la Alquinatura, porque se pueden heredar las células oncogénicas y por otro lado, a su vez, puede ser una enfermedad adquirida, no genética, ya que tuvo que haber un primer oncogén.

Las células tumorales se caracterizan por una proliferación celular sin control, todas ellas se derivan de una célula infectada aberrante, que a pesar de estar rodeadas por células normales, son hostiles en ese medio. Estas se manifiestan por una serie de cambios fenotípicos específicos que son los siguientes: 



Con las células cancerígenas o con los oncogenes pasa igual que con la balas, únicamente tememos  la velocidad que llevan. Podemos convivir durante cien años con unas células oncogénicas y tener un estado de salud relativamente óptimo, solamente con algunos procesos disfuncionales orgánicos, según a los órganos que estos afecten. En un noventa por ciento de los casos, estas células se vuelven aberrantes, cuando nuestro médico interno (Vis Medicatrix) pierde la conexión con nuestro sistema orgánico; de ello se deduce que la mayoría de los cánceres son el resultado de llevar una forma de vida errónea basada fundamentalmente en la represión de la enfermedad.

El conocimiento del bien y del mal marca el comienzo de un camino que nos guiará hacia la sanación. Sin embargo, cuando se aplican las terapias naturales de una forma ordenada, aparecen signos y síntomas, pues algunos de ellos, pueden ser antiguos o bien han sido generados por los efectos secundarios de las drogas y de los fármacos que anteriormente han sido suministrados.

La praxis de las terapias naturales como son la acupuntura, el naturismo, la homeopatía, la fitoterapia, el empleo de las flores de Bach, etc., aplicadas de forma errónea, produce unos cambios en el organismo que se muestran inocuos o inamovibles; en cambio, si se emplean de un modo correcto, pueden obrar de dos formas distintas:

  • Pueden corregir el desequilibrio orgánico, con la consiguiente sanación.
  • Pueden aparecer nuevos síntomas ocultos: «cuando se busca la salud, aparece la enfermedad» (Paracelso), esto se debe a que las enfermedades tienen connotaciones y se rigen por unas leyes de causa y efecto, es decir, una causa genera un efecto, a su vez este efecto es causa de otro efecto, y así sucesivamente. La enfermedad es como una cebolla en la cual debemos ir quitando capas (tratamientos) hasta llegar al origen de ella.

La Alquinatura se muestra como la expresión arquetípica de los remedios naturales en su conjunto, así pues, para poder purificar el organismo hay que satisfacer los deseos de nuestra conciencia médica o Vis Medicatrix y el médico alquinaturista, bien formado, te ayudará a ello. No puede considerarse al médico alquinaturista como un «perro de paja» al que se le puede prender fuego y pisar, ni aun cuando los procesos de curación son largos (algunas veces hasta años). El propósito de los poderes fácticos, entre ellos las farmacéuticas y los medios de información (fieles servidores de estas industrias), es desacreditar a la medicina natural y a la praxis de los naturistas, pues etiquetan a estos de charlatanes, de estafadores y otras tantas descalificaciones que a ellos se les aplica. Estas etiquetas tienen un buen calado en la masa social y ante cualquier problema de salud, el naturista es tratado como cabeza de turco. Esta presión es evidente, por lo tanto, solo nos queda resignarnos, soportar la corrupción y la maldad de la naturaleza humana, pues sus obras se llevan a cabo y las argucias siguen su curso.

El sentido de la aplicación moral consiste en poner el acento sobre el cultivo de la verdad. En este inmenso desierto de verdades, en la cual la maldad se cuenta como granos de arena, el oasis de la verdad está casi seco. A los que sufrimos esta sequía, ya únicamente nos queda la esperanza en Dios, ante un mundo que está a punto de engullirnos.

«Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía,
hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.
Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará».
(Daniel 7: 21-23)



MÉDICO ALQUINATURISTA
TZU HANG