La falsa alarma
global de la pandemia de gripe A y el gigantesco y turbio negocio farmacéutico
que significó (compra y abastecimiento descomedidos de billones de dosis de vacunas,
tras el miedo social generado) no se ha llevado aún por delante a ningún
responsable, pero el escándalo mundial ha mostrado, como nunca, el monumental y
turbio negocio que representan las vacunas. A partir de ahora éstas no van
gozar de la misma "presunción de inocencia" que antes.
En realidad la
controversia, acerca de las vacunas y de a quién/quiénes realmente benefician,
está despertándose más y más. En palabras del Dr. José Tuells Hernández [1],
“la población española está cada vez mas preocupada sobre los efectos de las
vacunas”. Y lo cierto es que la comunidad científica también, y está tomando
cartas en el asunto para esclarecer este escandaloso negocio.
Para ilustrarlo y descartar que se trate de meras
conjeturas sin base, mencionaremos a continuación algunos ejemplos de estudios
científicos recientes, avalados por grupos de investigadores independientes, de
universidades de prestigio y publicados en revistas científicas de autoridad.
Por acotar el tema y no alargarlo mucho, nos centraremos específicamente en la
vacuna de la gripe.
[1] Cátedra de Vacunología Balmis-Centro Superior de
Investigación en Salud Pública, en las Jornadas de Vacunas de la Sociedad
Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), celebrado en
Madrid el 28 de octubre de 2013, en la sede de la Organización Médica Colegial
(OMC).
Ante la duda, ciencia
1) El estudio más reciente sobre la efectividad de la vacuna gripal,
publicado este mismo año por Oxford Journals y llevado a cabo por la Universidad
de Michigan (Facultad de Salud Pública), comparó grupos que recibieron la
vacuna con otros similares que no la recibieron y encontró, no solo que no hubo
diferencia significativa entre ambos en cuanto a protección ante la gripe, sino
que, más tristemente, descendió la protección, en esa estación y en la
siguiente, en los grupos que recibieron la vacuna gripal.
La propia
revista de Oxford Journals comentó en su editorial este problemático fallo de la vacuna, criticando que «tras
más de 50 años de uso rutinario, existen aun muchas dudas sin responder sobre
la vacuna de la gripe«
2) A lo
largo de los últimos 5 años, múltiples estudios publicados en revistas
científicas han
realizado revisiones sistemáticas de la "Cochrane library", la
que es considerada la “Biblia de la ciencia basada en la evidencia” (en donde
se reúne toda la evidencia científica existente sobre temas médico-sanitarios [2]).
Estos distintos estudios lo que han concluido es que la vacuna contra la gripe carece de
pruebas de eficacia, efectividad y seguridad y que no detiene la transmisión
vírica.
Así, según estos estudios, y muy a pesar de
lo que diga cada año la propaganda institucional, ninguna vacuna gripal disminuye la transmisión de la enfermedad,
ninguna vacuna evita las bajas laborales, ninguna
vacuna disminuye las hospitalizaciones, ninguna vacuna evita las
complicaciones (p.ej. no hace disminuir las neumonías), etc;
ni en adultos
ni en los niños
ni en los mayores de 65 años
Paradójicamente, a pesar de
estar demostrada su ineficacia por la propia evidencia médica, se continúan
invirtiendo millones de euros cada año en estas vacunas [3].
i El problema, sin
embargo, no es meramente que se esté destinando el dinero en algo ineficaz,
sino que, persiguiendo teóricamente la salud, se producen efectos adversos en
la población.
Así pues, esta vacuna, que
no ha demostrado su eficacia, ocasiona ingentes gastos sanitarios además de
riesgos y daños en la salud de la población ¡¿Por qué se continúa manteniendo
en el calendario vacunal?!
3) El
doctor español Juan Gérvas ha reunido, a lo largo de los años, información
exhaustiva sobre esta cuestión en numerosos artículos y propugna que sea
retirada (ver por ejemplo http://equipocesca.org/vacuna-contra-la-gripe-prometen-milagros-difunden-errores-y-hacen-negocio-actualizado-13102011/).
[2] La Cochrane Collaboration, la Cochrane Network y la
Cochrane Library representan una organización internacional sin ánimo de lucro
destinada a proveer información sistematizada sobre los resultados de estudios
prospectivos aleatorizados como fundamento para una atención médica de alta
calidad.
[3] En concreto, para Andalucía,
solo para esta vacuna, solamente para esta temporada 2013, se han destinado 4,5
millones de euros (750 millones de las antiguas pesetas). “La
puesta en marcha de las campañas de vacunación frente a la gripe en 1985 ha
permitido administrar más de 28 millones de dosis a la población andaluza (...)
Para la temporada 2013-2014, que comenzó el pasado 15 de octubre y se
desarrolla en 1.548 puntos asistenciales, Sánchez Rubio ha recordado que se han
adquirido 1,2 millones de dosis, tras una inversión de 4,5 millones de euros”.
¿Podríamos
pensar que el sistema está imponiendo una serie de medidas sanitarias que,
en realidad, están basadas más en la defensa de una serie de intereses
económicos multi-nacionales?
4) Este mismo año 2013, la prestigiosa revista “British Medical Journal”
ha publicado un rotundo artículo sobre el uso y abuso de las estrategias de
marketing y del miedo para colocar la vacuna antigripal, “mucho más
insegura y menos beneficiosa de lo que se clamaba y con los riesgos de la gripe
sobredimensionados” (http://www.bmj.com/content/346/bmj.f3037)
El autor no es
un cualquiera, ni ningún vocero de algún grupo “anti-vacunas”, sino el Dr.
Peter Doshi; de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins
(EE.UU.).
5) Como colofón de esta serie de estudios
científicos publicados en revistas médicas de
solvencia,
cabe mencionar la conclusión de un trabajo, aparecido
también en el “British Medical Journal”
(http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2643439/?tool=pubmed), que pone en duda los estudios sobre la supuesta eficacia de la vacuna
gripal hasta el 2009:
Ante la
duda, conciencia
Así las cosas convendría, cuanto menos, una mayor
prudencia o contención a la hora de otorgar fiabilidad a los estudios llevados
a cabo con financiación privada de la propia industria farmacéutica, con sus
intereses creados (muy distantes de los estudios de investigación de antaño en
universidades públicas, sin ánimo de lucro).
Asimismo, ante
la agresiva promoción y presión (para la venta de estas vacunas a cuanto mayor
escala mejor), se deberían implantar medidas para estimular el control y la
trasparencia [4]. No
se puede negar que estamos ante un gran negocio de las empresas farmacéuticas y
que estas, en defensa de sus propios intereses, extienden su influencia en los
organismos sanitarios (ya internacionales, nacionales o locales), en un amplio
espectro de intereses opacos que se mantienen invisibles a la luz pública.
Son loables en este sentido las iniciativas de colectivos
profesionales (p.ej. de médicos y estudiantes de medicina [5]),
entre otros, que están alzando una voz crítica sobre este status quo,
aparentemente inamovible, que está envenenando gradualmente a la población a
través de la medicalización.
[4] Como las que se proponen en la “Declaración de Pontevedra”,
de las Jornadas “Los Conflictos de
Intereses en Salud” de noviembre 2013.
[5] Como por ejemplo: NoGracias
o Farmacritixs.
Disease Mongering
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